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Channel: EL SÉPTIMO CIELO
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ANTOLOGÍA DEL INDIGNADO

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Hace apenas 15 días, una turista holandesa de nombre Willemijn Vermaat destrozó una estatua de Buda del siglo XII situada en uno de los templos de Angkor en Camboya. Vermaat explicó que había viajado sola a Camboya y que empujó la estatua porque “de ningún modo pertenecía a ese templo”. 

Apenas 3 meses antes, un empleado de un hotel de cinco estrellas de Nueva Delhi encargado de aparcar los coches de los huéspedes, estrelló contra un muro de hormigón el Lamborghini de un rico magnate hospedado en el hotel, saliendo sospechosamente ileso del accidente en el que el vehículo quedó destrozado. 

Remontándonos solo unos meses más atrás, el pasado 21 de mayo una anciana septuagenaria de Nancy (Francia) mató a su marido y lo desmembró. Después de descuartizarlo, utilizó su corazón, su nariz y su pene para preparar un caldo de sopa, que se tomó a modo de cena. Cuanto terminó, se dirigió a la comisaría completamente ensangrentada, donde declaró su crimen. 

Tres sucesos nada alejados en el tiempo, extraordinarios e insólitos, en los que individuos anónimos decidieron actuar violentamente y sin contemplaciones sobre situaciones cotidianas convencidos de que esa solución, fuese o no la correcta, era la más liberadora y justa para ellos en ese preciso instante.

La profunda crisis financiera que vivimos ha traído consigo cambios en lo que a las movilizaciones sociales se refiere. En el modo de organizarse a la hora de mostrar disconformidad y protestar frente a las injusticias políticas y sociales. La era del movimiento indignado.
Han surgido manifestaciones plurales,sí, pero el individuo particular, hastiado, disgustado y frustrado, a menudo siente la indefensión ante las injusticias diarias, estando falto de una reivindicación personal, de una expresión particular que de rienda suelta a sus tensiones acumuladas. Y cuando el ser humano se rebela por su propia determinación, casí siempre lo hace en las situaciones o contextos más inesperados y circunstanciales, incluso erroneos, como bien pudiera ser una estatua camboyana, un vehículo de alta gama, el que convive a tu lado o simplemente alguien que pasaba por allí.

Un buen compendio de esos "basta ya" del ciudadano medio es "Relatos Salvajes", la película sensación del año en Argentina, dirigida y escrita con astucia por Damian Szifron, producida por El Deseo de los hermanos Almodovar, aplaudida en San Sebastian y Sitges y representante al Oscar por aquel país. Desde su estreno local ha venido gozando del beneplácito del público (8 semanas liderando la taquilla argentina) al mostrarse como una comedia divertidísima y balsámica ante la irritación generalizada del sufridor a pie de calle.

Dividida en 6 episodios independientes entre sí, "Relatos Salvajes" tiene un fin común, atentar contra estratos y grupos que serán muy familiares al espectador. Siempre desde el humor negro y la rabia contenida, entre lo macabro y lo vengativo y en los que el funcionario apático, el cliente déspota, el marido infiel, el conductor prepotente o el adinerado corrupto pasan a ser victimas de las embarazosas situaciones que plantea el muy eficaz guión de Szifron en cada uno de sus episodio.
Acompañada de una mezcla músical inverosimil que une a Gustavo Santaolalla con "Flashdance", unos créditos que apuntan el lado animal del ser humano, un elenco de actores argentinos de primer nivel en el que figuran Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia o Dario Grandineti y una realización ágil y furiosa, "Relatos Salvajes" supone un divertimento contemporáneo negro y osado, una película terapéutica para el espectador, capaz de identificarse con alguna o muchas de las situaciones que plantea la cinta de Szifron. No parece casualidad que tres de sus historias tengan como denominador común el coche, pequeño espacio donde el hombre saca a relucir su lado más salvaje, ese al que se refiere este título desde que comienzan sus créditos iniciales. Una película que redescubre al cine como medicina contra la cólera de nuestros días, la indignación.

EL AMOR QUE MUEVE EL UNIVERSO

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“El amor es lo único que trasciende el tiempo y el espacio”. Es la doctora Brand (que encarna la oscarizada Anne Hathaway) quien pronuncia, en su monólogo sobre el amor como razón de todas las cosas, estas palabras que resumen a la perfección el motor de la epopeya espacial gestada por uno de los cineastas más abiertamente títanicos, atrayentes, grandilocuentes y también controvertidos del Hollywood actual, Christopher Nolan. 

El responsable de títulos como “Memento”, “El truco final” o la saga de “El Caballero Oscuro” abraza en esta ocasión la ciencia-ficción dura y entiende que para que su compleja propuesta pueda llegar al espectador sin que este se apee en el camino debe compensar la exigencia científica formulada en su argumento con un motivo emocional que acompañe a ese viaje suicida al espacio exterior que emprende el personaje de Matthew McConaughey y compañía. 
De ahí, la explicación de todo lo que sucede en el primer acto de “Interstellar”, dominado por el melodrama paternofilial en un mundo postapocalíptico recubierto de arena. Los ecos de Spielberg, el Zemeckis de "Contact" y Shyamalan (¿quién no recuerda aquí a “Señales”?), los mismos que ya existían en la reciente “Looper”, son un declaración de intenciones por parte de los Nolan (guión firmado a cuatro manos por Christopher y su hermano Jonathan) cuyo posterior salto al infinito encuentra justificado en amparar el futuro de una modesta familia de granjeros huérfana de madre. O lo que es lo mismo, la búsqueda de la supervivencia del planeta Tierra provocada por una pelirroja e inocente niña. Una construcción argumental puramente ochentera y familiar. 

En esas labores de cabeza de familia encontramos al cada vez más importante Matthew McConaughey (Cooper), piloto e ingeniero antes que granjero y protagonista de la providencial misión espacial. Será su personaje (y nosotros con él) el que reciba todas las lecciones básicas de astrofísica y ciencia por parte de un imponente elenco de secundarios que va desde Michael Caine hasta Wes Bentley o William Devane pasando por Anne Hathaway y alguna sorpresa que no conviene desvelar. Es aquí cuando sale a relucir el Nolan como narrador más sobreexpositivo (principal vicio achacable al cine del director de “Origen”), preocupado en darnos unas cuantas nociones de teoría de la relatividad, gravedad y física cuántica. Pero, por fortuna, también el narrador empeñado en hacernos sentir la inquietud y la responsabilidad del sacrificio de la misión. De anteponer lo íntimo a lo colosal.
Eso es algo que el director británico parece conseguir plenamente en la segunda toma de contacto del personaje de Cooper con las grabaciones enviadas al espacio por su familia. Sensaciones a flor de piel. Audiencia en el bolsillo. 

A partir de ahí los agujeros negros, los agujeros de gusano, la colonización de planetas inexplorados, los robots monolíticos, las diferentes dimensiones o la paradoja de los gemelos y el envejecimiento puestos en teoría anteriormente, bien en forma de papeles agujereados o croquis improvisados en una pizarra, pasan a formar parte del mecanismo impulsor de una asombrosa y magistral odiséa espacial deudora de otros relatos del género como “Solaris” o de la tensión abismal de la reciente "Gravity", con una técnica insuperable (junto a su diseño de producción cabría destacar también la música de Hans Zimmer y la fotografía de Hoyte Van Hoytema) y en la que ya no importa tanto haber aprendido la física que da pie al relato como estar atrapado por la puesta en imágenes de esta hazaña interplanetaria que por grande que sea solo quiere decirnos que el amor es lo que mueve el universo.

EL OJO, ESPEJO DEL ALMA

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Hasta la fecha y con solo dos títulos en su haber, el norteamericano Mike Cahill se está mostrando como uno de los directores norteamericanos más interesantes de su generación, con una capacidad especial para dotar de sensibilidad y emociones a sus relatos, sacar el máximo provecho de modestas producciones y mostrarse especialmente atraido por la ciencia hasta el punto haber cimentado sus dos primeros relatos a partir de ella. 

Tras debutar en la ficción con la humilde e indie “Otra Tierra”, película que marcaba las pautas e intereses del cine del realizador donde el drama personal marcado por un acontecimiento trágico encontraba una válvula de escape en la ciencia-ficción íntima marcada por la pasión de su protagonista principal (Brit Marling, que repite colaboración) por la astronomía, Cahill se enfrenta ahora al siempre complicado segundo trabajo sin desviarse un ápice de sus preferencias como autor. 

"Orígenes" vuelve a ser una historia sensible y conmovedora, como ya lo era, "Otra Tierra", compartiendo con ella el estilo independiente depurado y elegante, la excusa de ese hilo conductor científico y de ciencia-ficción como medio para contar una preciosa historia de amor protagonizada por un biólogo molecular -al que interpreta Michael Pitt ("Soñadores")- obsesionado por el iris y el proceso evolutivo del ojo humano, que una noche se enamora de una chica, encarnada por la actriz de origen español, Astrid Bergés-Frisbey, cuyos ojos son particularmente especiales. 
Lo que comienza como un romance donde las casualidades juegan un papel importante, girará hacía el drama por medio de un giro argumental descorazonador. Es en ese momento cuando el trasfondo científico que permanecía relegado a un segundo plano por la historia romántica cobra relevancia, entrando en escena temas eternamente discutidos como el dilema entre ciencia y fe, religión o azar. La gran virtud de Cahill es no solo saber integrar con solvencia y naturalidad estos dispares temas en su película, sino también ser emotivo en sus intenciones. El resultado es un título a medio camino entre lo espiritual y lo racional, a ratos fascinante, que reflexiona sobre los límites del ser humano en el universo. Una obra delicada, más ambiciosa de lo que su aspecto indendiente muestra y que funciona armonicamente en su híbrido de géneros, cualidades que la hicieron merecedora del Premio a la mejor Película en la pasada edición del Festival de Sitges.

IGUAL DE TONTOS QUE ENTONCES

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A principios de 1995, yo tenía 12 años, pero insistía continuamente en que en apenas unos meses serían 13 y no 12, como si esa nueva edad significase un salto inmediato e irreversible a la madurez. 

Por aquel entonces, acudía al cine por encima de mis posibilidades y veía un buen número de películas, todavía asesorado por mis padres, especialmente por mi padre, el cual, por defecto profesional, vivía continuamente informado de las calificaciones morales de las películas que se estrenaban cada Viernes.
Por ejemplo, ellos consideraban que era adecuado que viese “Loca Academia Misión en Moscú” pero no “Seven”. Que “Los Picapiedra”, “Superdetective en Hollywood III” o “Speed” era aptas para mi como no lo eran “Heat” o “Casino”. Comedias, cine familiar o cintas de acción para todos los públicos tenían el beneplácito parental, con algunas concesiones excepcionales como “La nueva pesadilla de Wes Craven”, por eso de las gafas 3D.
Yo, que ya tenía la escalofriante edad de “casi 13 años”, me rebelaba contra películas como “Casper”, demasiado infantiles para alguien de mi avanzadisima edad y abrazaba con entusiasmo las andanzas de Bruce Willis y Samuel L. Jackson en “La Jungla de Cristal. La Venganza" donde el bueno de John Mclane decía tacos y desactivaba bombas por las calles de Nueva York.
Andaba buscando el equilibrio cinéfilo de la pubertad, ese periodo vital completamente comprometedor donde cada decisión tiene una trascendencia fundamental para tu yo futuro.

Entonces, un 30 de marzo de 1995, llegó a las pantallas españolas “Dos tontos muy tontos”, película cuyo título apuntaba, a ojos de los tutores de mi educación, risas ingenuas adecuadas para seres imberbes y cuyo protagonista, Jim Carrey, actor de comicidad gesticulante, había pasado el filtro censor gracias a dos simpaticos y recientes estrenos como eran “Ace Ventura” y “La Máscara”.
Y allá que fui, un tanto receloso, pues aunque había disfrutado con el Jim Carrey de “Ace Ventura” y “La Máscara” prefería ver otros títulos que se proyectaban en los cines de Albacete en aquel preciso momento como “Cadena Perpetua” o “Pulp Fiction” los cuales se ajustaban más a mi recien emprendida misión de crecer cinematográficamente. 

No tuve tiempo para lamentarme porque aunque, efectivamente, había un buen catálogo de las muecas de un Jim Carrey en pleno apogeo así como algún chiste más bobalicón de lo normal, “Dos tontos muy tontos” supuso ser una obra clave y fundamental para alguien en plena edad del pavo, ávido de descubrir pero más acostumbrado a reir como era yo en 1995. 
Había pasado automáticamente de la comedia blanca a la comedia completa, donde escatología, estupidez, parodia, algo de humor negro, absurdo y humor físico se daban la mano alternando largos viajes en carretera con éxitos musicales de los 90. Aquellas semanas, coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa acudí una y otra vez al cine, casi compulsivamente, a ver los mismos gags protagonizados por Jim Carrey y Jeff Daniels habiendo ya olvidado que “Cadena Perpetua” y “Pulp Fiction” también se estaban proyectando.

Con el paso de los años, avancé en la comedia.Descubrí a Blake Edwards y Peter Sellers, a Mel Brooks, a los Zucker y a Leslie Nielsen, a Lemmon y Matthau, a Harold Ramis, a Chaplin, los Hermanos Marx y seguí muy de cerca la (desigual) carrera de Jim Carrey. Pero siempre tuve un hueco especial para la película con que debutaron los Hermanos Farrelly. Un título clave de la comedia de los 90 y de mi propia manera de entender el cine de humor. 
Cuatro años después llegaría “Algo pasa con Mary” que se llevaría las alabanzas unánimes de crítica y público en un intento casi consensuado de poner en el lugar que merecía al cine de comedia de los hermanos Farrelly. Pero no para mi. “Dos tontos muy tontos” ya apuntaba las mismas ideas tiempo antes.

Ahora han pasado algo más de 20 años desde el estreno norteamericano de “Dos tontos muy tontos”. Yo ya sobrepaso los 32 años y no voy diciendo por ahí que tengo casi 33, sino más bien todo lo contrario. Peino alguna cana y tapo alguna entrada. Hago deporte para poder mantener la forma y sigo yendo al cine con parecida asiduidad. Es por eso que volver a ver a Harry y Lloyd en la gran pantalla significa lo mismo que encontrarte a un viejo amigo del colegio con el que cambiaste cromos y patadas a un balón. Te alegras de volver a verlos y el rato compartido podría ser lo más parecido a viajar atrás en el tiempo, aunque no puedes evitar analizar cual ha sido su evolución y como ha cambiado uno mismo desde entonces. 

Harry y Lloyd también han envejecido pero siguen haciendo las mismas tonterias sin temor a resultar decadentes. No han evolucionado. Han estado en su propio letargo y salen de su refugio para repetir gags, viajes por carretera y chistes sobre disminuidos físicos como si fuera 1994. Te da un poco de compasión ver que para ellos todo sigue igual, rozando los 50 años y tan idiotas como siempre, haciendo las mismas bromas pero menos ágiles que entonces. Aunque entiendes que, para un rato que vuelves a verlos, no es momento de enjuiciarlos y si de agredecerles aquellos buenos ratos de hace dos décadas prestando atención a sus benditas patochadas. 

Decido dejarme llevar y me sorprendo a mi mismo llorando de la risa con “Dos tontos todavía más tontos” recordando con estos dos viejos retrasados tiempos lejanos de cuando nos comiamos el mundo. Demuestran conocerme, brindandome un guiño a mi serie favorita, "Breaking Bad". Todo un detalle que aprecio. Nos secamos las lagrimas derramadas con las carcajadas, nos despedimos satisfechos y suena “Me and You” de Jake Bugg. Seguimos con nuestras vidas, que ahora elegimos nosotros, entendiendo que ese sentimiento llamado “nostalgía” no siempre tiene porque tener un significado negativo.

LA CARRERA AL OSCAR 2015

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Hay cinéfilos que miden el mes de Diciembre no por la cantidad de turrón de jijona ingerido ni por los décimos de lotería comprados, ni siquiera por las veces que has buscado esos zapatos marrones que tu amigo invisible ha pedido por Navidad, sino por las menciones que "Boyhood" acumula entre las asociaciones de la crítica norteamericana, por las numerosas veces que la última película de Godard ha entrado en los Top Ten de las mejores películas del año o por las nominaciones al Oscar que a juzgar por los gremios de trabajadores del cine tendrá Clint Eastwood en la próxima edición de estos premios.

Apenas a un par de días de que se anuncien las nominaciones a los Globos de Oro, desde "El Séptimo Cielo" hemos querido pensar no en el sujeto que está al día de todo lo que se cuece en la dura batalla hacía la estatuilla dorada sino en aquel que enfrascado en la ardua misión de encontrar esos zapatos marrones por todas las tiendas de la ciudad no tiene tiempo para conocer que películas podrán competir por el Oscar en el próximo mes de Febrero.

Por eso, hemos seleccionado una serie de títulos que con toda probabilidad pelearán por un puesto entre las nominadas al premio Oscar. Algunas se quedarán en el camino y otras ocuparán su lugar, pero estamos seguros de que la mayoría de estas 13 películas serán carne de Oscar 2015.


THE IMITATION GAME (DESCIFRANDO ENIGMA". 
Rara vez en los últimos 7 años la película ganadora del Premio del Festival de Cine de Toronto se ha quedado fuera de las nominaciones al Oscar a Mejor Película, y en ocasiones (“12 años de esclavitud”, “El discurso del Rey”, “Slumdog Millionaire”) ésta ha coincidido con la ganadora de la máxima estatuilla. La película que esta edición se ha llevado el gato al agua en Toronto ha sido “The Imitation Game”, cinta con no pocas caractéristicas que la hacen fuerte candidata a nominación. Por un lado, la presencia del inefable productor Harvey Weinstein, puede que algo disgustado por su escasa presencia en el palmarés de los últimos Oscar. También, una historia muy del gusto de la Academia, basada en un hecho real e histórico fundamental para acabar con la Segunda Guerra Mundial, como fue la de conocer las claves de la maquina de comunicación de los nazis, la Enigma, y la figura de la persona que descifró sus códigos, Alan Turing, matemático por cuya orientación sexual sería procesado. Un actor al alza como Benedith Cumberbatch tiene la nominación asegurada por meterse en la piel de este personaje al que la película parece reverenciar. Keira Knightley es su compañera femenina en el reparto, Alexandre Desplat pone la música y Morten Tyldum, ese noruego que dirigió la excelente “Headhunter”, está tras las cámaras en su debut en la industría norteamericana. Demos a “Descifrando Enigma” por segura en la noche de los Oscar.


EL GRAN HOTEL BUDAPEST
Con cada edición de los Oscar es menos frecuente que una película estrenada a comienzos de año pueda colarse entre las nominadas finales al premio. Las compañías guardan sus ases en la manga para lucirlos en los meses cercanos a las candidaturas (meses de Noviembre y Diciembre) convenciendo así a los académicos de que esos títulos estrenados en "temporada de Oscar" son las mejores opciones elegibles. Pero ocurre que, en ocasiones, una película vista en fechas tempranas acaba haciendose fuerte por méritos propios y logra colocarse en buena posición en la carrera. "El Gran Hotel Budapest", estrenada en Marzo por Fox, es un claro ejemplo de esta circunstancia.  La última película de Wes Anderson es todo un alarde del ingenio, sentido del humor y talento visual del realizador tejano, sin duda uno de los autores más personales de la industria norteamericana al cual la Academia ha nominado en tres ocasiones, dos como guionista ("Moonrise Kingdom", "Tennembauns") y otra a su película animada ("Fantastic Mr.Fox") pero nunca con recompensa final. Puede que con "El Gran Hotel Budapest", la película más taquillera en la carrera de Anderson, sea un buen momento para que los Oscar reconozcan la labor de Anderson en todos los niveles, pudiendo ser candidato en la categoría de Mejor Director o Mejor Película. Otros aspectos como su guión, su dirección artística, su banda sonora (de nuevo, Alexandre Desplat) o un excelente Raph Fiennes también podrían colarse en las nominaciones.


LA TEORIA DEL TODO
"La teoría del todo" es uno de los muchos biopics que participan en esta carrera por el Oscar 2014. Dirigida por James Marsh, ganador del Oscar por el documental "Man on Wire", "La teoría del todo" viene a contarnos la relación entre el científico Stephen Hawking y su primera esposa, Jane Wilde, que le acompañó cuando le fue diagnosticada su enfermedad degenerativa. Un biopic de superación personal sobre un personaje popular y conocido por todos, condiciones que otorgan a esta película numerosas opciones de candidatura, más cuando recibió fuertes aplausos en la pasada edición del Festival de Toronto. El "miserable" Eddie Redmayne y Felicity Jones ("Like Crazy") son las dos grandes bazas interpretativas de la película, pero tampoco conviene descartar su preciosa banda sonora compuesta por Johann Johannson o su guión escrito por Andrew McCarten, verdadero valedor de esta película, adaptando las memorias de la propia Jane Wilde.

BOYHOOD
En todas las ediciones de los Oscar existe un "frontrunner" o "favorito en la carrera" al premio. Si nos atenemos al recibimiento unánime de la crítica, y a los primeros premios de los plumillas cinematográficos de EEUU (premiada por el Círculo de críticos de Nueva York, Boston, Los Angeles y NY online) , la cinta de Richard Linklater, es sin duda el"frontrunner" de este 2014. Además, Linklater consiguió el Oso de Plata a Mejor Director en el Festival de Berlín y su "Boyhood" tiene el valor añadido de su rodaje e historia dilatada en el tiempo durante más de 12 años, lo cual le otorga la condición de "película acontecimiento", algo de lo que Hollywood anda escaso. Por su carácter diferenciador creemos en el favoritismo de la película que es "como la vida misma", y la consideramos muy posible candidata en categorías como Mejor Película, Director, Actriz secundaria (Patricia Arquette), Actor secundario (Ethan Hawke) montaje y guión original (Linklater ha optado al Oscar por dos de sus guiones para su trilogía "Antes del amanecer", sin conseguir premio alguno). Logre o no todas estas nominaciones, los Oscar de este año contarán un amplio protagonismo para "Boyhood".


AMERICAN SNIPER, EL FRANCOTIRADOR
Sería insensasto descartar a Clint Eastwood y a su último trabajo, "El francotirador" de la carrera hacía el Oscar. Tras pinchar en hueso con su otro trabajo de 2014, la adaptación del musical de Broadway, "The Jersey Boys", Eastwood tiene la oportunidad de resarcirse de ese pequeño traspiés con una película que a punto estuvo de dirigir Steven Spielberg, el cual se apeó del proyecto en el último momento. La cinta cuenta la historia de Chris Kyle, uno de los francotiradores más certeros del ejercito norteamericano en la Guerra de Irak y está basada en sus propias memorias. Se da la circunstancia de que Kyle falleció el pasado año 2013 en un caso todavía por esclarecer. Al parecer fue asesinado en un campo de tiro por un ex-compañero de la guerra de Irak, detalle el cual desconocemos si mencionará la película. Según las opiniones recogidas allá por donde se ha proyectado la película, Bradley Cooper compone el mejor trabajo de su carrera encarnado al letal francotirador. Warner está detrás de ella haciendo campaña para que Eastwood, Cooper, Sienna Miller, el guión de Jason Hall ("El poder del dinero") o su montaje puedan estar nominados.


BIRDMAN O LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA
¿Alejandro González Iñárritu haciendo una comedia? Cualquier cosa es posible si esto ha podido ocurrir. El director de dramones monumentales como "Biutiful" o "21 gramos" cambia radicalmente de registro para contarnos la historia de un veterano actor que fue famoso tiempo atrás por meterse en la piel de un superheroe llamado "Birdman" y al que ahora intenta resucitar para recuperar el crédito perdido. Michael Keaton (¿he oído Batman?) a sus más de 60 años es la gran estrella de la función y su vuelta al primer plano de la industria lo más aplaudido de una película compuesta por larguísimas escenas sin interrupciones, casi planos secuencia en los que secundarios como Emma Stone, Edward Norton o Naomi Watts pueden lucirse. Puede caer nominación para alguno de ellos, como también para el trabajo de fotografía de Emmanuel Lubezky (que ya ganó el pasado año por "Gravity"), a la música jazz de Antonio Sánchez, la dirección de Iñarritu, a su montaje, su guión y a la propia película.


A MOST VIOLENT YEAR
La familia y el crimen organizado. Dos temas que en el cine siempre han ido de la mano con excelentes resultados y con los que directores como Scorsese, Coppola o De Palma han ofrecido algunos de sus mejores trabajos. De estos realizadores y sus películas mafiosas parece haber tomado ejemplo J.C.Chandor para dirigir su tercera película, "A most violent year", en la que Oscar Isaac y Jessica Chastain intentan prosperar en medio de la fuerte violencia y corrupción del Nueva York de principios de los años 80. Chandor ha recibido excelentes críticas por este trabajo y con él,su emergente carrera tras las cámaras puede encontrar el espaldarazo definitivo de la industria tras haber sido nominado como guionista por su película debut, "Margin Call", y olvidado por su siguiente trabajo, "Cuando todo está perdido" aquella odisea marina protagonizada por Robert Redford. Ha sido galardonada como Mejor Película por la National Board of Review, lo cual parece asegurarle una nominación a Mejor Película en los Oscar pero no necesariamente la victoria si repasamos las últimas ganadoras de estos premios ("Her", "La noche más oscura", "La invención de Hugo", "La red social" o "Up in the air"). Con suerte, Chandor pueda estar doblemente nominado como Director y Guionista, Alex Ebert por su banda sonora, Chastain y Isaac o el secundario David Oyelowo en categorias interpretativas, o Bradford Young por su labor en la dirección de fotografía.


PERDIDA
Los Oscar tienen una deuda con David Fincher. El que, sin duda, es uno de los cineastas más importantes del cine norteamericano vio como "La red social" salía perdedora del enfrentamiento en los Oscar de 2011 con "El discurso del rey", como una gran obra como "Zodiac" era ignorada en las nominaciones o como "El curioso caso de Benjamin Button" solo era premiada en 3 categorías menores de las 13 a las que optaba en los premios Oscar de 2009. No parece que "Perdida" sea la opción más apropiada para que la Academia decida saldar la deuda con Fincher, pero no sería la primera vez que la Academia por fin reconoce a un cineasta por una película menor después de haberle dado la espalda con títulos más dignos y merecedores de la estatuilla (Scorsese). Efectivamente, "Perdida" no es la mejor película de Fincher, pero aún así es un trabajo por encima de la media que podría encontrarse con candidaturas en categorías como Mejor Película, Director, el guión adaptado por la propia escritora del Best-Seller, Gillian Flynn, Actriz (Rosamund Pike es la mejor de todo su reparto), la envolvente banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross, o la fotografía de Jeff Cronenweth, dos veces nominado por sus colaboraciones con Fincher y al igual que el director, todavía sin Oscar.


WHIPLASH
Tras escribir los guiones de "El último exorcismo 2" o "Grand Piano" de Eugenio Mira, el jovencisimo Damien Chazelle (29 años), ganó el Gran Premio del Jurado y Premio del Público en la pasada edición del Festival de cine independiente de Sundance con "Whiplash" un proyecto personal que fue cortometraje antes que largometraje y en la que repite inquietud argumental, el jazz. Si en su debut, "Guy and Madeline on a Park Bench" su protagonista era un trompetista en plena ruptura sentimental, en "Whiplash" es un joven batería de jazz (Miles Teller) que en su empeño por convertirse en mejor músico sufre la instrucción casi militar del veterano y talentoso director de conservatorio al que encarna el habitual secundario J.K.Simmons. Es precisamente este actor, visto en multitud de títulos independientes y no tan independientes de Hollywood (desde los Coen hasta Jason Reitman pasando por franquicias como Spiderman) la verdadera estrella de esta película y principal candidato a logra el Oscar a Mejor Actor Secundario. La crítica está del lado de "Whiplash" y sus cuatro nominaciones a los Independent Spirit Awards han reforzado sus opciones de cara al Oscar. Además de posible candidata a Mejor Película y a Mejor Actor Secundario también podría encontrar candidaturas en Actor Principal (Miles Teller), Dirección, Guión o Banda Sonora.


SELMA
Las proyecciones del Festival del Instituto de Cine Americano incorporaron una nueva candidata inesperada a la carrera al Oscar, "Selma" de Ava DuVernay, relato sobre las marchas afroamericanas por la igualdad de derechos civiles en los años 60, lideradas por Martin Luther King, que recibió fuertes aplausos del público y acaparó la atención de la crítica. Efectivamente, estamos ante otra película que cubre la cuota racial en los Oscar (recordemos que película ganó el pasado año), otra narración basada en hechos reales basada en una importante personalidad norteamericana como es Luther King y otra película con fuertes nombres de la industria tras su producción (la todopoderosa Oprah Winfrey y Brad Pitt, que ya produjo "12 años de esclavitud"). "Selma" se está convirtiendo en una competidora sorpresa que gana fuerza conforme avanzan los días, siendo la dirección de la afroamericana Ava DuVernay, el trabajo intepretativo de David Oyelowo encarnando al famoso activista o el guión del debutante Paul Webb lo mejor recibido y posicionado de cara al Oscar. 


INVENCIBLE
Las historias de superación personal son otro de los temas favoritos de los premios Oscar, quizá por ello, Universal Pictures lo ha apostado todo por esta recreación de la vida del atleta olímpico norteamericano Louis Zamperini, el cual tras alistarse en el ejército de los Estados Unidos participó en la Segunda Guerra Mundial donde fue capturado y retenido en un campo de prisioneros japonés. Un proyecto largamente acariciado por la compañía que ahora ha convertido en realidad Angelina Jolie, en su segundo trabajo como directora, con un guión en el que participan los mismisimos hermanos Coen. El aspecto de “Invencible” luce increiblemente académico y oscarizable, algo que puede jugar a su favor, pero también en su contra. El eterno nominado Roger Deadkins está tras su fotografía. Alexandre Desplat compone la música e incluso Coldplay ha creado su tema principal. Un detalle que puede jugar a su favor es el fallecimiento del propio Zamperini a los 97 años el pasado mes de Julio, lo cual tocará el corazoncito de algún académico. Además, presenta a una de las grandes promesas interpretativas del momento, el británico Jack O´Connell (visto en “Eden Lake” o “71”).


INTERSTELLAR
De todos los trabajos del admirado y odiado a partes iguales, Christopher Nolan, sólo "Origen" fue candidata al Oscar a Mejor Película. Por mucho que lo reclamasen los seguidores de Batman, ni "El caballero oscuro" ni "Batman Begins" consiguieron nominación, como tampoco otros títulos del director británico como "Memento". A estas alturas, Nolan no tiene ni un Oscar ni siquiera un Globo de Oro, algo que "Interstellar" bien podría remediar de no ser por el reciente éxito en los Oscar de otra película de similares características, "Gravity". Dos películas espaciales acumulando Oscars puede ser demasiado para una Academia que no ha demostrado a lo largo de su historia especial querencia por el género de la ciencia-ficción. O quizá pueda ocurrir el caso contrario; la carga de culpa por la falta de atrevimiento que hizo que los académicos coronasen a "12 años de esclavitud" frente a "Gravity" puede revertirse en una expiación personal de los votantes otorgando nominaciones y premios a "Interstellar" y justificando así su aprecio por el género. Dudamos que pueda darse este último caso, al menos en cuanto a la victoria final de la película en la que Matthew McConaughey se va al espacio, pero no dudamos que "Interstellar" por su brillante factura técnica y su emocionante narración pueda acaparar el mayor número de nominaciones de esta edición.

MR.TURNER
Ya sea como director o guionista, el británico Mike Leigh acumula la cifra de 7 nominaciones al Oscar, bien por títulos que estuvieron metidos de pleno en la lucha por los Oscar ("Secretos y mentiras") o por otros que pasaron más desapercibidos ("Happy-Go-Lucky", "Another year"). La cuestión es que Leigh es uno de los directores foráneos preferidos por la Academia y si a eso unimos que "Mr. Turner" es una de sus películas mejor recibidas de los últimos años, podemos empezar a tener muy en cuenta a esta cinta en la pelea por el Oscar. Sony Pictures está tras su promoción y la buena acogida en Cannes será una de sus bazas a jugar, como también la de la interpretación de Timothy Spall, el gran protagonista de la función que encarna al reconocido pintor del siglo XIX,  J.M.W. Turner en el último tramo de su carrera. Su nominación a Mejor Actor suena como segura, como también pudieran serlo las de mejor dirección, película o guión.

TOP TEN MEJORES SOUNDTRACKS 2014

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01. INTERSTELLAR – Hans Zimmer 


En lo más alto de nuestro TOP TEN de bandas sonoras del 2014, hemos colocado al que consideramos mejor trabajo de Hans Zimmer en años, y uno de los más completos de su carrera. Intestellar, gana en trascendencia, en su aspecto filosófico y metafísico, en su épica espacial y en su parte más familiar e íntima gracias a la colosal música del compositor alemán dominada por la fuerte presencia del órgano. Un Zimmer grandioso.

02. PERDIDA – Trent Reznor y Atticus Ross 

Segunda posición de esta lista para una de esas bandas sonoras ambientales que se funden a la perfección con las imágenes a las que ilustran musicalmente. El misterio, la cotideanidad y la calma tensa y sospechosa de un matrimonio no demasiado bien avenido y algo resentido aportados por la novela de Gillian Flynn y la adaptacion de David Fincher y la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross en su tercera colaboracion con Fincher.

03. EL VIENTO SE LEVANTA – Joe Hisaishi 

Cerrando el podio de las mejores bandas sonoras del 2014, uno de los compositores más admirados en "El Séptimo Cielo". Lástima que “El viento se levanta” vaya a ser la última vez que Joe Hisaishi trabaje para el maestro de la animación japonesa Hayao Miyazaki, porque de su unión han salido grandes obras maestras de la música de cine como “El castillo ambulante” o “El viaje de Chihiro” entre otras. Para la despedida del cine de Miyazaki, Hisaishi volvió a una ofrecernos una deliciosa composición que volaba tan alto como el aeroplano de Jiro, protagonista de esta historia de amor a la naturaleza y al ser humano.

 04. LA VIDA INESPERADA – Federico Jusid y Lucio Godoy

Dignísima partitura deudora del mejor George Gershwin, uno de los músicos neoyorkinos más venerados de la historia de la música, y también de la música de Cine. Lo de ser neoyorkino no lo decimos por capricho, y es que la película española La vida inesperada, viajaba precisamente a la gran manzana para contarnos las andanzas de Javier Cámara y Raúl Arévalo en la inmensa ciudad de los rascacielos y de ahí que el duo formado por Federico Jusid y Lucio Godoy rememorase el estilo puramente americano de Gershwin para componer la banda sonora de esta película de españoles por el mundo.

 05. HER – Will Butler y Owen Pallett

Will Butler y Owen Pallett, dos miembros de la formacion canadiense Arcade Fire Llegamos al puesto 5 con un trabajo compuesto a cuatro manos Will Butler, miembro de la formacion canadiense Arcade Fire y uno de los colaboradores habituales de ella, Owen Pallett. Ambos debutaban en el cine de Spike Jonze captando el tono minimalista, delicado y melancolico de una de las películas más imaginativas del año. “Her” en la cual Joaquin Phoenix nos demostraba que un mundo despersonalizado era posible enamorarse de un sistema operativo diseñado para complacerte, especialmente si éste tenía la sensual voz de Scarlett Johannson, la cual,además, ponía voz al tema principal de la película.

06. EL GRAN HOTEL BUDAPEST – Alexandre Desplat 

En el puesto número 6 una partitura lúdica y brillante de un compositor francés que está en todas, y siempre con trabajos muy reseñables, Alexandre Desplat y que en Fantastic Mr.Fox ya demostró saber captar a la perfección el universo tan particular del director Wes Anderson. Para su ultima colaboración, El Gran Hotel Budapest, Desplat buscó capturar el sonido de la europa de entreguerras y para ello contrató a cerca de una treintena de músicos rusos expertos en el instrumento de cuerda más famoso del país, la balalaika. El resultado fue singular. Como el cine de Anderson.

 07. LAS DOS CARAS DE ENERO – Alberto Iglesias 

En ese intento por rememorar ambientes de suspense clásicos propios de Alfred Hitchcock llamado “Las dos caras de Enero”, lo que verdaderamente sobresalía en ella era su banda sonora, un trabajo con predominio del piano del siempre elegante músico español, Alberto Iglesias. Dirigida por Hossein Amini, adaptando la novela de Patricia Highsmith y con un triangulo amoroso y criminal muy particular, conformado por Oscar Isaac, Kirsten Dunst y Viggo Mortensen.

 08. UNDER THE SKIN – Mica Levi 

En el puesto número 8 una de las músicas más extrañamente incómodas y desasosegantes de la temporada. Prohibido escucharla aisladamente en casa, no acompañada de las imágenes a las que pone banda sonora, que no son otras que las de una de las marcianadas del año, la película de Johnathan Glazer, “Under the Skin” más comentada por sus secuencias de desnudo de Scarlett Johansson que por el efecto inquietante que crea en el espectador, que difícilmente podrá olvidar alguno de los potentes y desoncertantes momentos que contiene esta cinta. La música, repetimos, incrementa el mal rollo provocado por “Under the skin” y está compuesta por una cantautora de apenas 27 años que atiende al nombre de Mica Levi y que debuta en el cine con esta banda sonora.

 09. JOVEN Y BONITA - Phillipe Rombi

Hay algo sugerente en todas las películas del francés Francois Ozon y parte de esa sensación está provocada por la música del compositor galo Phillipe Rombi, músico habitual de Ozon y del que ya escuchamos sus bandas sonoras para títulos anteriores del director como En la casa o Swimming Pool. En esta historia de una adolescente que cambia las clases por la prostitución de un modo casi caprichoso, la música volvía a correr a cargo de Rombi y sonaba como siempre a delicadeza y a esa citada sugerencia.


10. AL ENCUENTRO DE MR.BANKS - Thomas Newman

Thomas Newman era nominado al Oscar por duodecima vez en su carrera por este trabajo que ponía música a la historia de la gestación de una de las películas familiares más populares de la historia del cine, Mary Poppins. La relación entre Walt Disney encarnado por Tom Hanks y la creadora del personaje de Mary Poppins, P.L.Travers interpretada por la británica Emma Thompson en Al encuentro de Mr.Banks.

TOP 10 MEJORES PELÍCULAS 2014

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01. A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS

Los Hnos. Coen escribieron un hermoso aunque aciago personaje para una película fundamental sobre el fracaso. Llewyn Davis, talentoso músico folk en pleno Greenwich de los años 60 pasa de poder ser Bob Dylan a dar tumbos por encontrar un sofa donde dormir y un abrigo con el que resguardarse del frío invernal. Un melancólico caminar en círculo con la intención ser oído y la frustación de ser ignorado que hacen de Davis un tipo antipático a ojos del espectador pero también en alguien de quien apiadarnos por su escasa fortuna. Porque estamos hartos de ver películas de triunfadores pero no de gente que no lo consigue y que, sin embargo, no ceja en el intento, por su catálogo de inspiradas canciones folk, el uso bellisimo de la luz por parte del director de fotografía Bruno Delbonnell o la interpretación sobria de Oscar Isaac, consideramos a “A propósito Llewyn Davis” como una de las grandes obras en la carrera de los Coen, injustamente olvidada en festivales y premios del año, algo que, paradójicamente, se ajusta a la perfección en el halo aciago que transmite la historia del triste cantautor. 
 02. EL LOBO DE WALL STREET

 La historia real de Jordan Belfort, broker indómito, extraordinario sinverguenza, algo así como una extensión amplificada del impostor Frank Abagnale Jr. que el propio Leo diCaprio interpretó en “Atrápame si puedes”, sirvió a Martin Scorsese para componer, a sus 72 años, su película más furiosa, salvaje y arrolladora. Un carrusel de monólogos que rompen la cuarta pared, de aceleraciones y deceleraciones de cámara, imágenes congeladas, voces en off y lujuriosos planos secuencia la convierten en heredera directa de “Uno de los nuestros” y “Casino” más allá de sus amplias similitudes argumentales. “El lobo de Wall Street” es toda una oda al caradura de ascenso vertiginoso, métodos abiertamente ilícitos y feroz asimilación del poder manifiestado en un desmadrado e indiscreto uso del dinero. Un Scorsese, con todavía ganas de pegarse la juerga definitiva y que ha encontrado en Di Caprio a su mejor compañero de batallas. Un glorioso exceso en todos los sentidos.
03. EL GRAN HOTEL BUDAPEST

Todo lo que hay tras la deslumbrante fachada de este hotel de los líos es emocionante y extraordinario. Su brillante alegoría de los últimos días de resplandor de la Europa Central. Su desfile de rostros familiares para el espectador. Su alta inspiración cómica. Su naturaleza de fábula narrada en distintos tiempos. Su carácter novelesco y aventurero (hay cárceles, trenes, investigaciones, intrigas, persecuciones, etc). Su grandioso diseño de producción, su juguetona banda sonora y su magnífica puesta en escena. Y un Ralph Fiennes colosal. “El Gran Hotel Budapest” es una de las más experiencias más arrolladoras, festivas, luminosas y completas del cine reciente y probablemente la película más redonda del universo siempre particular de Wes Anderson.
 04. NEBRASKA

A veces, nuestros mayores, se embarcan en odiseas que sólo ellos parecen entender, como la que emprendía por carretera en un minúsculo tractor Richard Farnsworth para ver a su hermano enfermo en “Una historia verdadera” o la más surrealista que mueve a Bruce Dern en “Nebraska”; viajar para recoger el premio de 1 millón de dólares que ha ganado según una carta recibida en su correo. A partir de esa premisa, en un nostálgico blanco y negro y con la sensibilidad especial que caracteriza a éste director, Alexander Payne logra una de sus mejores películas, llena de humor costumbrista y de drama humano de reencuentro personal, de reflexión sobre el paso del tiempo y la memoria. Un Bruce Dern inconmensurable acompañado por la veterana actriz June Squibb, auténtica robaescenas de la película terminan de hacer gigantesco el guión de Bob Nelson y de convertir a “Nebraska” en uno de los trabajos más entrañables de todo el cine del 2014. 
 05. INTERSTELLAR

Siempre ambicioso y en tela de juicio, el responsable de títulos como “Memento”, “El truco final” o la saga de “El Caballero Oscuro”, Christopher Nolan, se decantó en esta ocasión la ciencia-ficción dura y asesorado por el astrofísico Kip Thorne se embarcó en una compleja propuesta espacial, entendiendo que su exigente argumento científico a ojos del espectador debía ser compensado con un motivo emocional. De ahí, el carácter casi ochentero de “Interstellar”, con los ecos evidentes del cine Spielberg, Zemeckis o Shyamalan que preparan el posterior salto al infinito llevado a cabo por Matthew McConaughey y compañía. O lo que es lo mismo, la búsqueda de la supervivencia del planeta Tierra provocada por una pelirroja e inocente niña. El resultado es un compendio apasionante, apoteósico y sensible, también riguroso, capaz de fascinar la mente, al retina y el corazón del espectador y la obra más grandiosa de la filmografía de Nolan. 
06. SNOWPIERCER. ROMPENIEVES

El calentamiento global destruyó la Tierra y a sus habitantes, con una única excepción, los pasajeros de un largo e inagotable tren llamado “Rompenieves” en el cual se generará un ecosistema propio donde serán evidentes las diferencias de clases, la cadena de superviviencia preestablecida y la inevitable rebelión de los más desfavorecidos. Una alegoría de nuestro tiempo en forma de título post-apocalíptico con la que el director sudcoreano Bong Joon-ho de títulos como “Memories of Murder” o “The Host” da el salto a Hollywood para lucirse visual y narrativamente con una cinta distópica con visos de culto y que depara estimulantes sorpresas con cada vagón del “Rompenieves” visitado. 
 07. ORÍGENES

"Orígenes" parte de la biología molecular, el estudio del ojo humano y de un casual “chico conoce a chica” para componer una historia sensible y emocionante, como ya lo era la anterior cinta de su director, Mike Cahill, "Otra Tierra", con la que comparte además un estilo indie depurado y elegante, la excusa de un hilo conductor de ciencia-ficción como medio para contar una preciosa historia de amor con giro argumental descorazonador incluido. La gran virtud de Cahill es no solo saber integrar con solvencia y naturalidad ambos géneros con temas eternamente discutidos como ciencia, fe, religión o azar, sino también ser emotivo en sus intenciones. “Orígenes” funciona plenamente en su romance, su drama y en su mirada fantástica. Puede ser tachada de cursi o de new age pero si medimos las películas que pudimos ver en el pasado Festival de Sitges por los sentimientos provocados, “Orígenes” se lleva la palma, como así ocurrió, ganando el premio del jurado a la Mejor Película de la Sección Oficial. 
08. LA ISLA MÍNIMA

El director sevillano Alberto Rodríguez llegó para descubrirnos las marismas andaluzas como localización perfecta para generar una atmósfera perturbadora, pantanosa y pegajosa deudora de los thrillers norteamericanos ambientados en Louisiana y el Mississipi. “La isla mínima” es probablemente la película española que mejor ha sabido convertir su entorno geográfico en un protagonista más de su narración de género. Un thiller sureño que indaga en las razones sociales, locales y políticas del asesinato de una joven en plena transición española, al tiempo que construye un intrincada investigación policial por medio de dos agentes fuera de su entorno y condenados a entenderse. La crónica negra de un país de capataces, señoritos, cortijos, machismo, falsas ilusiones de futuro y analfabetismo en forma de un policiaco extraordinario para nuestro cine. 
 09. BEGIN AGAIN

Tras obtener un gran éxito con “Once” hasta convertir aquella humilde historia de amor musical en una obra representada en el mismisimo Broadway, John Carney repitió la fórmula con “Begin Again” en donde el salto a Hollywood y el inevitable aumento de presupuesto no corrompió la sensibilidad del director irlandés a la hora de retratar la íntima historia de dos personajes solitarios y vencidos con la música como nexo de unión y medio de superación personal. La buena química entre la pareja Knightley y Ruffalo, un encantador manejo de los secundarios en la tradición de la mejor comedia romántica británica ,la condicion de fábula sobre las segundas oportunidades y un catálogo de canciones muy efectivas imprimen a “Begin Again” un espíritu contagioso y positivo que alegrará el día del espectador. Solo la etílica secuencia en la que Ruffalo imagina los arreglos de la canción que solitariamente intrepreta Keira en un pub neoyorkino bien vale para justificar el precio de la entrada. 
10. GUARDIANES DE LA GALAXIA

Más de 330 millones de dólares recaudados en EEUU y casi 800 en todo el mundo vuelven a decirnos que Marvel tiene a la gallina de los huevos de oro del cine actual. Desmarcandose de sus héroes más populares, los Vengadores, la compañía decidió rescatar a sus antihéroes, “Los guardianes de la galaxia” una cuadrilla de personajes más propensos a lo incorrecto que a lo heróico y tan diferentes entre sí como diferencias hay entre un mapache y un árbol. Marvel entendió que la torpeza y peculiaridad de este grupo de superhéroes reclamaba comedia y acción a partes equitativas y por eso encargó la dirección a James Gunn, director que había descrito a la perfección la incompetencia del superhéroe en la película “Super”. El resultado fue una space opera gamberra, divertidísima y visualmente tan espectacular como cualquier otro trabajo de la compañía y que tuvo en un casting 100% efectivo y en su apuesta por la nostalgia ochentera y musical sus mejores bazas, principalmente en la elección de Chris Pratt como héroe de acción capaz de bailar a ritmo de asombrosas recopilaciones en casettes sonando desde un walkman.

WISHLIST FNAC 2015

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Para "El Séptimo Cielo" elaborar la Wishlist Navideña de Fnac se ha convertido en tan tradicional y obligatorio como hacer los recopilatorios de las mejores películas del año, tomar las uvas o hincarle el diente al turrón de Jijona. Es nuestro quinto año participando y queremos hacer bueno ese refrán que dice "a la quinta va la vencida"...¿o es a la tercera?. No importa, el caso es que si continuamos participando es porque, además de la innegable esperanza de ser agraciados, disfrutamos fantaseando por un momento con poder llenar nuestras estanterias de estos productos para degustarlos posteriormente en nuestros televisores. 

Estos son nuestros deseos. Ilustrados para la ocasión. Todos cinéfilos o seriéfilos. Protagonizados por Walter White o Alfred Hitchcock pasando por Rust Cohle. Puede que muestros deseos puedan ser también vuestros deseos para esta época de presentes navideños. Si no lo son, os dejamos también el "Inspirador de regalos" de Fnac con el cual encontrar el regalo más adecuado para vuestros gustos e inquietudes.

Suerte a los participantes y Felices fiestas para todos desde "El Séptimo Cielo".
Breaking Bad - (Formato Blu-ray) - 139,99 €  (enlace)
Begin Again + BSO (Formato Blu-Ray) - Exclusiva Fnac – 24,99 €(enlace)
 El Prestamista (Formato Blu-ray) - 15,50 €(enlace)
El Gran Hotel Budapest (Formato Blu-ray) - 18,99 € (enlace)

Looper (Formato Blu-Ray) - 15,99 €(enlace)
En la casa (Formato Blu-Ray) - 15,99 €(enlace)
Pack True Detective (1ª Temporada) (Formato Blu-Ray) - 48,99 €(enlace)
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El Planeta de los simios. La saga completa. 8 películas (Formato Blu-Ray) - 68,90 €(enlace)

Guardianes de la Galaxia (Formato Blu-Ray + 3D) - 28,99 €(enlace)
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TOTAL: 480,25 euros 

Si no te gustan estos deseos... Fnac tiene otros...busca los tuyos en el "Inspirador de regalos":


XXIX PREMIOS GOYA:LOS NOMINADOS

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Las cifras hablan por si solas. Datos como los más de 125 millones de euros recaudados o la consecución del 25% de la ansiada cuota de pantalla, han confirmado al año 2014 como el ejercicio más exitoso para el cine español desde hace décadas. Dos de sus películas, “Ocho apellidos vascos” y “El niño” han sido las más vistas por los espectadores españoles en 2014 por delante de títulos norteamericanos como “Maléfica”, “El amanecer del planeta de los simios” o “El lobo de Wall Street”, siendo la recaudación total de nuestro cine casi un 76% mayor que en el año 2013.

Un aspecto, el de la taquilla, que suponía la mayor preocupación para una cinematografía que andaba necesitada del respaldo de la audiencia para poder mantener a flote una industria ya de por sí perjudicada por factores externos como la subida del IVA cultural, la reducción de subvenciones o incluso, el nulo apoyo público de miembros del Gobierno como José Ignacio Wert o Cristobal Montoro.
Es por tanto el 2014 un excelente año para nuestro cine y como tal, esta inercia positiva debe extenderse a la Fiesta del cine español, los Premios Goya, los cuales no tienen la única razón de la taquilla como motivo de festejo, sino también una estupenda cosecha de títulos que las nominaciones a estos premios han sabido reconocer con justicia, otorgando por cuarta vez en su historia (y segunda consecutiva) el honor de competir en la categoría de “Mejor Película” a 5 títulos (y no 4); las dos grandes favoritas al premio, “La isla mínima” y “Magical Girl”, la sorpresa aupada por la crítica, “Loreak”, y dos cintas con el beneplácito del público, “El Niño” y la episodica, “Relatos Salvajes”. Entre ellas estará la gran ganadora de esta XXIX edición de los Premios Goya cuyas candidaturas han sido anunciadas en la mañana del Miércoles 7 de Enero por las actrices Blanca Suarez y Marian Álvarez y el director Kike Maíllo ("Eva"),y las cuales nos arrojan los siguientes detalles:

LOS NÚMEROS

- 17 candidaturas contra 16 candidaturas. O lo que es lo mismo, "La isla mínima" contra "El Niño", las dos máximas nominadas y candidatas en exactamente las mismas categorías con la salvedad de la doble nominación a Mejor Actor para el tandem Gutiérrez-Arévalo en la película de las marismas andaluzas. La película argentina más taquillera en aquel país, pero también española (claro está), "Relatos Salvajes" les sigue con 9 candidaturas, mientras que "Magical Girl" se ha hecho fuerte gracias a sus 7 menciones en las categorías de mayor peso, a excepción de la de Mejor Montaje, pudiendo ser la verdadera gran rival de "La isla mínima".
"Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo" reúne nada más y nada menos que 6 candidaturas, una proeza para tratarse de una cinta animada y la sensación de la taquilla, "Ocho apellidos vascos" se tiene que conformar con 5 posibilidades, de las cuales las de Carmen Machi, Karra Elejalde y Dani Rovira son las de mayor entidad.
La película, "Autómata", producida e interpretada por el Goya de Honor de esta edición, Antonio Banderas, consigue 4 nominaciones, todas ellas de carácter técnico y "Musarañas", "Paco de Lucía, la búsqueda" y la novel "10.000 km" logran 3 candidaturas, siendo esta última película la que debería haber merecido una mayor valoración de la Academia tras haber sido previamente elegida como una de las 3 cintas representantes de España en los Premios Oscar. Y curioso es el caso de "Loreak". De sus 2 únicas nominaciones, una es al premio mayor, el de Mejor Película.

LAS INTERPRETACIONES

- En el apartado de las interpretaciones, "La isla mínima" se lleva la palma con 5 candidaturas,entre las que se encuentran clásicos que nunca fallan, como Antonio de la Torre, nominado a Mejor Actor Secundario en la octava candidatura de su carrera y quinta en las últimas tres ediciones o las obligatorias presencias de Javier Gutiérrez (ganador en San Sebastián) y Raúl Arévalo en Mejor Actor Principal. Nerea Barros figura como Mejor Actriz Revelación y no se explica tanto que hayan nominado como Mejor Actriz Secundaria a Mercedes León, la pescadera/vidente de la película de Alberto Rodríguez, la cual aparece escasos dos minutos en pantalla, más cuando por su presencia se lamentan ausencias como las de Itziar Aizpuru de "Loreak", la inquietante de Elisabet Gelabert en "Magical Girl" o, porqué no, la de la violenta cocinera Rita Cortese de "Relatos Salvajes". 

"Magical Girl" le sigue de cerca al colocar a 4 de sus actores entre los nominados. Estamos seguros que del triángulo formado por Luis Bermejo-José Sacristán-Barbara Lennie, saldrá, al menos 1 ganador del Goya, que sería el segundo para Sacristan tras el obtenido hace un par de ediciones por "El muerto y ser feliz" y el primero para sus dos compañeros de reparto. Por cierto, Lennie puede ganarlo bien por "Magical Girl" o bien por "El Niño" por la que competirá como Actriz Secundaria.

Otros nombre interpretativos a destacar en esta edición: 

Los noveles Jesus Pastor ("El Niño"), Ingrid García Johnson por "Hermosa juventud" y la excelente pareja formada por Natalia Tena y David Verdaguer en "10.000 km". 
La primera nominación en la carrera de Macarena Gómez (Actriz principal por "Musarañas"), la tercera para una Goya Toledo que suele dar la sorpresa en las nominaciones (a Actriz de Reparto por "Marsella") o la presencia del popularf "bombita" de "Relatos Salvajes", Ricardo Darín, en la categoría de Actor Principal, en detrimento de otros como Luis Tosar por "El Niño". 

LOS DIRECTORES

Nada que no hubiera sido un cuarteto con los directores de las cintas nominadas a Mejor Película hubiera sonado extraño. Carlos Vermut y su mirada de director singular, recientemente galardonado en el Festival de San Sebastián y Alberto Rodríguez, excelente creador de atmósfera y con gran pulso para el thriller, eran presencias innegociables en esta edición de los Goya,en su primera y tercera nominación a Mejor Director, respectivamente. 
A Daniel Monzón, triunfador absoluto cuando concursó con "Celda 211", también se le esperaba, mientras que la última plaza bien podría haber sido para Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, directores de "Loreak" y ampliamente alabados desde el pase de su película en San Sebastián y ya nominados en los Premios Feroz. Sin embargo, esta última cuarta plaza ha sido para Damian Szifrón, el director argentino que maneja con soltura y algo más que oficio los diferentes episodios de "Relatos Salvajes", producida por "El Deseo" de los hermanos Almodovar.
Parecen lógicas las elecciones de esta categoría, como lógicas son las de la categoría de Mejor Dirección Novel; Carlos Marqués-Marcet por "10.000 km", Juanfer Andrés y Esteban Roel por "Musarañas" y Beatriz Sanchís por "Todos están muertos", y menos esperada,pero no menos interesante, la de Curro Sánchez Varela por el documental "Paco de Lucía: La búsqueda".

OTRAS APRECIACIONES 

- Muchos esperaban la nominación póstuma de Alex Angulo por "Justin&Cía". La nostalgia no ha acabado pesando en la Academia.

- Sorprendente, por inmerecida, la nominación para Kalo Berridi por "Ocho apellidos vascos" en una categoría tan importante como Mejor Dirección de Fotografía.

- El montaje de "Magical Girl" o el de "Open Windows" hubieran sido buenos candidatos en "Mejor Montaje".

- Dos favoritísimas para las películas de fuera de nuestras fronteras; la polaca "Ida" en Mejor Película Europea y  la hispano-argentina "Relatos Salvajes" en Mejor Película Iberoamericana.

Los premios Goya se celebrarán el próximo Sábado 7 de febrero, en el Centro de Congresos Príncipe Felipe del Hotel Auditorium de Madrid, en una gala que estará presentada por Dani Rovira y dirigida por el realizador Juan Luis Iborra.

Podéis consultar toda la lista de candidatos en la página web de LosExtras.

72 GLOBOS DE ORO:BOYHOOD MANDA

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Era la tercera vez que Amy Poehler y Tina Fey ejercían de maestras de ceremonias en los Premios de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, los Globos de Oro. También la última, según habían anunciado días antes la pareja de actrices, por lo que decidieron no dejar ningún chiste en el tintero en su monólogo de presentación de la gala. Pocas de las muchas estrellas protagonistas presentes en el Hotel Beverly Hilton de Los Ángeles quedaron exentas de ser citadas por el dúo Fey-Poehler, desde Emma Stone y sus grandes ojos al estilo de un cuadro de Margaret Keane, hasta la peculiar personalidad del creador Wes Anderson, pasando por la imponente carrera profesional de Amal Alamuddin, la flamante nueva esposa del homenajeado de la noche, George Clooney. Incluso, temas más delicados como el del actor Bill Cosby y su acusación de violación o el affaire Sony-Corea del Norte (“esta noche se presentan todas las películas que a Corea del Norte le parecieron bien”) encontraron su mofa correspondiente.

Hechas las pertinentes presentaciones, daba comienzo la ceremonia de entrega de unos Globos de Oro que a la postre resultarían milimetricamente repartidos tanto en sus categorías cinematográficas como televisivas. La presencia en escena de dos de los nominados (y vencidos) de la noche, Benedith Cumberbatch y Jennifer Aniston, iniciaba el carrusel de estatuillas. Ellos anunciaron al veterano J.K. Simons como ganador del premio a Mejor Actor Secundario por “Whiplash” en la única nominación de esta película. Un premio esperado que parece seguro que repetirá en los Oscar.

Las primeras sorpresas de la velada no tardaron en llegar y fueron en los apartados de Miniserie y/o Telefilm. Joanne Frogatt, actriz británica de “Downton Abbey”, serie por la que los Globos de Oro sienten especial predilección, batía en el apartado de Mejor Actriz Secundaria a veteranas como Kathy Bates (“American Horror Freak Show”) o Allison Janney (“Mom”). Por su parte, el excepcional duelo entre “Fargo” y “True Detective” se decantaba hacía la primera, ganando el premio a Mejor Miniserie y también, el de Mejor Actor para Billy Bob Thornton por meterse en la piel del escalofriante Lorne Malvo, imponiendose así a su compañero de reparto, Martin Freeman y al duo McConaughey-Harrelson de “True Detective”, serie que se fue de vacío en los Emmy y ahora también en los Globos.

Las bromas con selfies, Meryl Streep y Benedith Cumberbatch colandose en la foto (ahora lo llaman “photobomb”) ya fueron protagonistas en los pasados Oscar, algo que no importó a los Globos para repetir la jugada, con una militar norcoreana como acompañante de Streep en la instantanea que precedió a nuevos premios de la pequeña pantalla. Gina Rodríguez por “Jane the Virgin” en Mejor Actriz de comedia (por delante de Taylor Schilling por “Orange is the New Black” o Julia Louis-Dreyfus por “Veep”) y “Transparent”, comedia sobre transexualidad de Amazon Studios en Mejor Serie de Comedia. Dos premios que unidos al de Jeffrey Tambor como Actor protagonista de comedia, confirman, por enésima vez, el gusto de los Globos de Oro por premiar la novedad televisiva.

Musicalmente hablando, los Globos de Oro acostumbran a premiar trabajos que no suelen repetir victoria y/o nominación en los Oscar. No parece ser el año en que las músicas nominadas al Globo no coincidan en los Oscar (salvo excepciones normativas como la de “Birdman”). La preciosa y delicada partitura de Johann Johannsen que acompaña a la vida de Stephen Hawkings en “La teoría del todo” se llevó el gato al agua. Tanto Desplat como Zimmer, Reznor y Ross o el jazzistico Antonio Sánchez habrián sido, igualmente, justos ganadores de una categoría muy reñida de cara al Oscar. En el apartado de Mejor Canción Original, el tema “Glory” de John Legend para el alegato antiracial “Selma” consiguió su galardón correspondiente, apartado menos predicible que el anterior de cara al Oscar. Como poco predecible es también la futura ganadora del Oscar a Mejor Película Animada. “La lego película” era favorita pero perdió frente a “Como entrenar a tu dragón 2”, que a su vez, en su primera entrega, perdió todos los premios frente a “Toy Story 3”. La batalla entre ambas está plenamente abierta, con permiso de “Big Hero 6”, tercera en discordia.

En esa pasarela de moda y buen (o mal) gusto que es la alfombra roja, las pelirrojas fueron las más elegantes. Emma Stone, Jessica Chastain, Julianne Moore o Amy Adams, destacaron en ese desfile de estilos variados y enfrentados. Las dos últimas también lograron llevarse el Globo a casa. Amy Adams lograba el segundo Globo de su carrera (y también consecutivo) en la sexta nominación de su carrera, en la categoría de Mejor Actriz en Comedia o Musical por la película de Tim Burton, “Big Eyes”. En esa categoría competía frente a Julianne Moore por “Map to the Stars”, menos favorita por la sátira sobre Hollywood escrita y dirigida por David Cronenberg que por “Still Alice”, cinta por la que ganaría el Globo de Oro a Mejor Actriz Dramática y que la coloca como candidata absoluta al Oscar a Mejor Actriz. Actrices como Emily Blunt (“Into the Woods”), Felicity Jones (“La teoría del todo”), o Rosamund Pike (“Perdida”) una de las menos afortunadas sobre la alfombra, vieron como ambas pelirrojas les arrebataban la estatuilla en sus respectivas categorias femeninas.

Si el próximo Oscar a Julianne Moore parece evidente, no lo es menos el de otra veterana actriz, Patricia Arquette, que en su cuarta nominación al Globo de Oro, tras las tres obtenidas por su papel protagonista en la serie “Medium”, lograba por fin el galardón (el de Actriz Secundaria) por su papel de largo recorrido en “Boyhood”. Algo muy raro tiene que ocurrir para que no repita victoria el 22 de Febrero.

En pleno ecuador de una ceremonía en la que se sucedía un premio tras otro sin apenas margen para la improvisación y donde gente como Jared Leto lanzaba mensajes de apoyo a los trabajadores de Charlie Hebdo, llegaron Ricky Gervais para lanzar una puyita a Katie Holmes que animó a la audiencia y Bill Hader y Kirsten Wiig para ofrecer uno de los momentos más divertidos de la gala, recordando y parodiando grandes frases de la historia del cine antes de presentar el premio a Mejor Guión que iría para Alejandro Glez Iñárritu y cía por “Birdman”. Un galardón que parecía reforzar las posibilidades de “Birdman” de cara a competir por el Oscar sino hubiese sido porqué en la categoría mayor en la que competía, la de Mejor Película de Comedia o Musical, el premio fue para “El Gran Hotel Budapest”, la deliciosa y desbordante película de Wes Anderson, que supuso una de las más agradables sorpresas de la noche.


Otra de las buenas noticias de esta 72 de los Globos fue comprobar la enorme ilusión que le hizo a Kevin Spacey ganar su ansiado Globo de Oro por su arribista personaje de Frank Underwood en la muy recomendable “House of Cards”. 8 nominaciones al Globo de Oro después desde que debutase como candidato en 1996 por “Sospechosos Habituales”, Spacey ganó la estatuilla y soltó unos muy elocuentes; “Joder, no me creo que haya ganado” y “esto es sólo el comienzo de mi venganza”. Además, como ya hiciese citando a Jack Lemmon y “El Apartamento” en su discurso de agradecimiento por el Oscar de “American Beauty”, dejó otro de los grandes detalles de la velada al acordarse de la figura del desaparecido director Stanley Kramer. Entre tanto, la rusa “Leviatan” daba la sorpresa en la categoría de Mejor Película Extranjera, venciendo a la polaca y gran favorita, “Ida” y Maggie Gyllenhall, empeñada en la reconciliación de israelíes y palestinos en “The Honorable Woman” vencía en Mejor Actriz de Telefilm o Miniserie, por delante de Jessica Lange (“American Horror Story. Freak Show”) o Frances McDormand (“Olive Kitteridge”), y en el plano masculino, Matt Bommer se acordaba de las victimas del SIDA al agradecer su estatuilla por “The Normal Heart”. 

Entrabamos en la recta final de la ceremonia, con la incognita de coronar a los Mejores Dramas del año. Y una vez más cuando de la pequeña pantalla se trata, los Globos se inclinaron por la novedad. Los puntos de vista de una infidelidad ofrecidos por la serie del canal Showtime, “The Affair” en su primera temporada, dio la campanada venciendo a pesos pesados como “House of Cards” o “The Good Wife”. Su actriz protagonista, Ruth Wilson, hacía lo propio frente a Robin Wright, Claire Danes o Julianna Margulies ganando el Globo de Oro a Mejor Actriz en Drama.


La consolación de Julianna Margulies, que de doce nominaciones al Globo sólo ha ganado una vez, vino del sentido abrazo dado por su compañero de reparto en la serie “Urgencias”, George Clooney al recibir éste el Premio Honorífico de esta 72 edición de los Globos de Oro. El bueno de Clooney, cada mez más cercano a un vetusto Cary Grant, dedicó el galardón a su nueva esposa, encajó bien las mofas sobre su último y desafortunado trabajo, “The Monuments Men”, agradeció las muestras de cariño de una industria que lo adora y en su largo speech se acordó de los desaparecidos Robin Williams y Lauren Bacall o de las marchas francesas por la libertad de expresión.

Un actor, Clooney, con tres Globos de Oro en su haber a lo largo de su carrera, tres más de los que tenían tanto Michael Keaton (“Birdman”) como Eddie Redmayne (“La teoría del todo”), ambos ganadores del Premio a Mejor Actor en Drama y en Comedia. Entre ellos estará el Oscar a Mejor Actor Principal, con permiso de la intepretación de Benedith Cumberbatch en “The Imitation Game”, película prediseñada por los Wenstein para ganar premios y que, de tan descarada, se fue de vacío a casa.

Tras el obligado homenaje a Clooney, sólo quedaba decantar la balanza hacía “Boyhood”, como así ocurriría. El esfuerzo, único y dilatado en el tiempo, de Richard Linklater por rodar una película durante 12 años, bien valió el reconocimiento de la Academía al realizador norteamericano que ganaría el premio a Mejor Director y también el de Mejor Película Dramática, colocando además, a su trabajo, como el máximo ganador de esta edición de los Globos de Oro con 3 galardones. Premios que vienen a ratificar una más que posible victoria de “Boyhood” el próximo 22 de Febrero en el Dolby Theatre de Los Ángeles, aunque para ello deberá no descuidarse y no perder la pista a “Birdman” y “El Gran Hotel Budapest”, dos cercanas perseguidoras en su camino al Oscar con similares intenciones de triunfo.

EL OSCAR 2015 SE ESCRIBE CON B

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¿“Boyhood”, “Birdman” o “Budapest”? Una pregunta que repetiremos constantemente hasta la llegada de la noche del Domingo 22 de Febrero cuando el contenido de un sobre perfectamente lacrado anuncie el nombre del ganador de la 87 edición de los Premios Oscar. 

Tres películas que comparten protagonismo en su título para esta primera consonante del abecedario y que parten como grandes favoritas a disputarse la ansiada estatuilla cinematográfica. Tres películas con sello de autor, fácilmente identificables por sí mismas y con propuestas singulares que tendrán que vérselas con tres títulos situados en sus antípodas, representantes de la parte más convencional del séptimo arte y de su género con menor tendencia al riesgo, el biopic. “The Imitation Game”, “Selma” y “La teoría del todo”. 

En mitad de estos dos bandos claramente distanciados y enfrentados encontramos sendos títulos que irán a la guerra por su cuenta, “El Francotirador”, del inagotable Clint Eastwood y “Whiplash”, del casi debutante Damien Chazelle, cintas que contienen, no obstante, ciertos rasgos que podrían decantarles perfectamente hacía un lado u otro de esa balanza oscarizable. 
Todas ellas conforman el grupo de 8 películas (y no 9 ni 10) que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas ha seleccionado este año para competir en la categoría reina de sus premios. 

El Gran Hotel Budapest” y “Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia” comparten el mayor número de candidaturas (9), estableciéndose así como las verdaderas rivales de la película escrita y dirigida a lo largo de doce años por Richard Linklater, “Boyhood” cuyas 6 nominaciones la hacen tan fuerte como la importante cantidad de menciones y galardones previos conseguidos en su carrera hacía el Oscar. No parece que, a día de hoy, nadie pueda arrebatarle el Oscar a la cinta de Linklater, pero cosas más extrañas hemos visto en esto del “camino al Oscar” y si no, que se lo pregunten a David Fincher y su “Red Social”. 

Un David Fincher que, precisamente, es uno de los grandes ausentes de estas nominaciones que dieron a conocer sus colegas de profesión, J.J.Abrams y Alfonso Cuarón y el actor Chris Pine. Su adaptación a la gran pantalla de la novela de Gillian Flynn, “Perdida” ha brillado por su ausencia en categorías como las de Mejor Guión Adaptado, Mejor Fotografía, Banda Sonora o Dirección, teniendo que conformarse con la única nominación a Mejor Actriz de la pérfida Rosamund Pike, premio que difícilmente podrá ganar, puesto que Julianne Moore (por “Still Alice”) es de esas candidatas en su oportunidad idónea para que la Academia le recompense con el Oscar que en varias ocasiones le ha negado (hasta 4 veces). Felicity Jones por “La teoría del todo”, Reese Witherspoon por “Alma salvaje” y la presencia sorpresa de Marion Cotillard por la belga “Dos días, una noche”, también deberán aguardar en caso de que Moore no sea nombrada como Mejor Actriz. 

Hablando de ausencias, todavía no nos explicamos dos de ellas. La de Ralph Fiennes y su excéntrico pero exquisito Monsieur Gustave de “El Gran Hotel Budapest”, una composición interpretativa tan luminosa y especial como la de la propia película de Wes Anderson, y que ha visto como su hueco en la categoría de Mejor Actor es ocupado por Bradley Cooper (“El Francotirador”) por tercera vez consecutiva nominado tras “El lado bueno de las cosas” y “La gran estafa americana” o bien por Steve Carrell que debuta en esto de los Oscar, por demostrar entereza a la hora de llevar una prótesis nasal en “Foxcatcher”. Lástima, pues el trabajo de Fiennes era mayúsculo y sus dos nominaciones a los Oscar hasta la fecha se habían saldado con derrota a pesar de haber sido por dos películas rotundamente triunfadoras (“La lista de Schindler” y “El paciente inglés”). 

La otra omisión es la de un montaje que no por invisible es menos notable. El trabajo de Douglas Crise y Stephen Mirrione para “Birdman”, película estructurada en un largo y falso plano secuencia de 2 horas de duración que conlleva una labor de edición que debe, a diferencia de la amplia mayoría de títulos a competición, camuflarse antes que hacerse notar. Habrá quien considere esa transparencia como una carencia del montaje, como así ha hecho la Academia, pero sin embargo, el gremio de editores de Hollywood, el más veterano de la industria, sí que ha reconocido su valía. Mala noticia para la película de Alejandro González Iñárritu ya que rara vez una cinta que no está nominada en Mejor Montaje acaba ganando el premio a la Mejor Película. Hay que remontarse a los Oscar del año 1981 con “Gente Corriente” de Robert Redford, para encontrar la última vez que esto ocurrió. Por cierto, las nominadas a Mejor Montaje son “Boyhood”, “El Gran Hotel Budapest”, “The Imitation Game”, “Whiplash” y “El Francotirador”.

Hay más ausencias, claro. “Interstellar” del poco querido por la Academia, Christopher Nolan, merecía algo más que las 5 candidaturas meramente técnicas que ha logrado, de entre las cuales destaca la de la épica y abrumadora música de Hans Zimmer. “La Lego película” cierra una mala semana tras perder el Globo de Oro siendo ignorada en la categoría de Mejor Película Animada, en favor de “Songs of the sea”, la japonesa de la factoría Ghibli, “El cuento de la princesa Kaguya”, “Los Boxtrolls”, “Como entrenar a tu dragón 2” y “Big Hero 6”. La películas de las piezas animadas tendrá que conformarse con la única nominación a su canción “Everything is Awesome”. 

Foxcatcher” a pesar de contar con su guión, su dirección (Bennet Miller, ya nominado por “Capote”) y dos de sus actores (Steve Carrell y Mark Ruffalo) nominados, no figura, sorprendentemente entre las candidatas a Mejor Película cuando si lo hace “Selma” que sólo tiene 2 nominaciones; canción y película, suficientes motivos para entender la poderosa mano que tiene Oprah Winfrey en Hollyood. Jessica Chastain por “A Most Violent Year” (película que se ha quedado sin nominaciones), Miles Teller por "Whiplash", Timothy Spall, premiado en Cannes por “Mr. Turner” (4 nominaciones para ella) o Jake Gyllenhaal por “Nightcrawler” (una única nominación a Mejor Guión Original), son algunas de los olvidos más destacados de esta edición. 

Pero olvidémonos de los olvidados y centrémonos en aquellos que están para descubrir detalles interesantes.
Alejandro González Iñárritu por “Birdman”, Richard Linklater por “Boyhood” y Wes Anderson por “El Gran Hotel Budapest” tienen 3 nominaciones cada uno como directores, productores y escritores de sus respectivas películas. Bennet Miller por “Foxcatcher” y Morten Tydlum por “The Imitation Game (Descifrando Enigma)” completan el quinteto de directores nominados. El noruego Tydlum del cual no se ve ni un rastro distintivo en su trabajo, está en esa lista casi por imposición de Harvey Weinstein, verdadero artífice de que la película sobre la vida de Alan Turing que casi no cuenta nada de Alan Turing tenga la friolera de 8 nominaciones al Oscar. Las más justas, la interpretativa de Benedith Cumberbatch, actor al alza que puede hacerle sombra a la colosal actuación del resucitado Michael Keaton en “Birdman” y al entregado trabajo de Eddie Redmayne en “La teoría del todo” (película que cuenta con 5 candidaturas), y la musical de Alexandre Desplat, que consigue la séptima y octava nominación de su carrera al estar doblemente nominado por la citada “The Imitation Game” y también por “El Gran Hotel Budapest”. Un Oscar que está pidiendo a gritos irse a las estanterías del compositor francés, para lo cual tendrá que derrotar a Zimmer, a Johan Johannsen por “La teoría del todo” y la sorpresa de esta categoría, el británico Gary Yershon por “Mr.Turner”.
La que nunca falla es Meryl Streep. Su nominación es casi un decreto y no hay edición que no cuente con su emblemática figura en el patio de butacas esperando a escuchar su nombre. Su nominación en la categoría de Mejor Actriz Secundaria es una de las tres candidaturas del musical “Into the Woods” (las otras son Mejor Diseño de producción y Diseño de Vestuario). Es su decimonovena nominación y la actriz más veterana (65 años) de esta edición. Mientras, el actor más veterano nominado, no sólo de esta edición, también de toda la historia de estos premios, es Robert Duvall, que con 84 años recibe la séptima nominación de su carrera como Mejor Actor Secundario por “El Juez”. En ambas categorías de reparto, tanto Streep como Duvall poco tienen que hacer frente a Patricia Arquette (“Boyhood”) y el disciplinado J.K. Simmons ("Whiplash"), más que probables triunfadores en estos apartados. Keira Knightley por “The Imitation Game (Descifrando Enigma)”, Emma Stone por “Birdman” y la inesperada presencia de Laura Dern por “Alma salvaje”, completan el quinteto de nominadas de reparto. Ethan Hawke por “Boyhood”, Edward Norton por “Birdman” y Mark Ruffalo por “Foxcatcher” hacen lo propio en el plano masculino. 

Otras apariciones imprevistas en la lectura de nominadas de esta 87 edición de los Oscar fueron; la fotografía en Blanco y Negro de la polaca “Ida”, el guión adaptado de Paul Thomas Anderson para “Puro Vicio” o la argentina-española “Relatos Salvajes” en Mejor Película de Habla No Inglesa. 

Con más de un mes por delante en el que los nominados ganarán o perderán puestos en la carrera hacía el premio, “Boyhood” se presenta a día de hoy como la rival a batir. El próximo 22 de Febrero desde el Dolby Theatre de Los Ángeles en una ceremonia presentada por primera vez por Neil Patrick Harris y producida por Craig Zadan y Neil Meron saldremos de toda duda.

"BIRDMAN": EL RESURGIR DEL ACTOR

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En el año 2008, un actor venido a menos llamado Michael Keaton se ponía tras las cámaras por primera vez para dirigir una cinta llamada “Caballero y asesino”, donde además se guardaba el papel protagonista de un sicario algo desencantado con su vida que se plantea el suicidio como solución a sus males pero que encuentra en la figura de una joven secretaria una esperanza para su compleja existencia.

Un cinta crepuscular, inédita en las salas españolas, y de trayectoria casi inexistente en EEUU con la que Michael Keaton intentó dar un espaldarazo a una maltrecha carrera que lo había abocado a ejercer de padre de Lindsay Lohan en “Herbie: a tope” o a convertirse en un muñeco de nieve parlante en otro título para toda la familia como “Jack Frost”. 

Lejos quedaban los tiempos en que Michael Keaton se convirtió en el actor mejor pagado de principios de los 90, gracias a enfundarse el oscuro traje de “Batman” en las dos primeras entregas de la adaptación llevada a cabo por Tim Burton del superhéroe de DC Comics.

Esa situación, en la que un actor en horas bajas busca relanzar su figura a través de un trabajo alejado de toda moda, es el punto de partida de “Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)”, la primera película del mexicano Alejandro González Iñárritu que se aleja del drama intenso y desgarrador ofrecido en títulos como “Biutiful”, “21 Gramos” o “Babel” y en cuya elección de Keaton como verdadero protagonista y motor de su película está uno de los muchos aciertos que atesora.

En ella, Michael Keaton interpreta a su sosías, Riggan Thomson, antigua estrella del cine por haber interpretando a un célebre superhéroe en una trilogía de gran éxito, que trata de dar un nuevo rumbo a su vida preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway autoproducida, “De qué hablamos cuando hablamos de amor” de Raymond Carver y con la que mantiene la esperanza de recuperar la popularidad perdida.

No es que lo que cuente “Birdman” no lo hayamos visto ya. Muchas veces Hollywood nos ha mostrado la crueldad y el ostracismo del propio Hollywood con los actores que sobrepasan cierta edad. Otras tantas veces hemos sido testigos de cómo las películas ajustan cuentas contra esa crítica de cine tendenciosa que les propina reseñas destructivas. En infinidad de ocasiones, la industria se ha reído del actor excéntrico entregado al método y del actor con ínfulas de autor. Ha disertado sobre el rechazo a lo comercial como camino hacía el reconocimiento artístico. Y en muchas otras, el cine ha retratado, incluso parodiado, la ansiedad de la estrella por recuperar el prestigio, la obsesión por la fama, el reconocimiento y/o la alimentación del ego. También, ha elaborado ese joven discurso sobre la imprescindible presencia en las redes sociales como sinónimo de popularidad. Nada nuevo en el fondo, en efecto, pero en su forma nunca abordado desde una propuesta visual tan deslumbrante como la que ha diseñado Iñárritu. 

Si su paisano, amigo y colega de profesión, Alfonso Cuarón ofrecía el pasado año una experiencia única para el espectador al trasladarlo al espacio exterior en “Gravity”, Iñárritu ha querido emular su ambición planteando otro acontecimiento singular para la audiencia, la posibilidad de introducirse en los pasillos del backstage del teatro St. James del mismísimo Broadway neoyorkino, de caminar entre los anuncios publicitarios de Times Square, de contemplar casi en primera persona la preparación del estreno de una obra teatral en pleno centro del planeta.

Lo ha hecho utilizando esa virtuosidad técnica llamada “plano secuencia” y alargándola hasta la totalidad de su metraje. Una única toma de extrema dificultad que requiere un alto manejo de la puesta en escena y que apoyada en la imprescindible figura del director de fotografía Emmanuel Lubezki (ganador del Oscar por “Gravity” y responsable también del memorable plano secuencia de “Hijos de los hombres”) y en un montaje que camufla esa falsa continuidad, hacen de “Birdman” una obra de tremenda astucia estética y de gran dinamismo narrativo, el necesario para ilustrar un guión que acompaña entre bambalinas las inseguridades, frustraciones, miserias y excitaciones emocionales inherentes a un ecosistema de actores que reúnen todos los tics de la profesión (excelente trabajo de gente como Edward Norton, Emma Stone Zack Galifianakis o Naomi Watts).
Las concesiones al surrealismo de una conciencia que te guía hacía el orgullo y el ego más destructor, un parte meta que cita nombres del panorama cinematográfico contemporáneo con especial hincapié en el cine de superhéroes o una batería de jazz improvisada de marcada presencia completan esta combinación imposible en la que Iñárritu acumula la mayor cantidad de temas y mecanismos técnicos disponibles por el cine y el trabajo actoral. A pesar de su amplia gama de elementos reunidos para la causa, "Birdman" acaba siendo ante todo, el trampolín para el resurgir de un actor olvidado, Michael Keaton.

"WHIPLASH": JAZZ MILITAR

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El talento, ¿se tiene o se adquiere?. El fin, ¿justifica los medios?. La letra, ¿con sangre entra?. Estas cuestiones vienen a resumir el discurso de fondo que plantea la segunda películas tras las cámaras de un joven director (apenas 30 años) llamado Damien Chazelle, cuya todavía temprana carrera ha girado siempre alrededor de un denominador común, el jazz y la música (“Guy and Madeline on a Park Bench” y guionista de “Grand Piano”).

“Whiplash”, cortometraje antes de ser largometraje, enfrenta en un duelo interpretativo tremendamente efectivo a dos seres apegados al jazz, un joven batería con ganas de comerse el mundo y un disciplinado e imponente director de orquesta. El primero es puro entusiasmo e ilusión. Candidez. El segundo, la representación de una instrucción militar, el perfeccionismo nacido probablemente de una frustración personal adquirida.

Chazelle construye su película a partir de este desafío por lograr la excelencia musical y habla de la obsesión, la exigencia y los limites de la enseñanza hasta contraponer el marcial ideario del aterrador profesor de conservatorio encarnado por un impecable J.K.Simmons, con el consentido derroche de sangre,sudor y lágrimas del alumno que mantiene el tipo (estupendo Miles Teller) esperando la trascencendia en la percusión de jazz.

Aunque Chazelle (también guionista) rebusque en anecdotas sobre la superación unida al trabajo de grandes leyendas de la música como Charlie Parker o su intenso tramo final pueda provocar dudas sobre si estamos ante un film doctrinario acerca del sacrificio como medio para lograr la genialidad artística, “Whiplash” se acerca más a una película que muestra el gran ansia de la sociedad actual por el éxito y se cuestiona si “todo vale” para conseguirlo (ejemplificado en el personaje de Teller y en su relaciones con los personajes que le rodean en su vida más íntima).

Más allá de sus posibles argumentaciones de base, “Whiplash” es una de las películas más enérgicas y apasionadas que un servidor ha visto últimamente. Una cinta que desde su condición de modesta producción independiente crece hasta convertirse en un pequeño gran clásico gracias al entusiasmo que derrochan sus imágenes, a su ritmo endiablado y a un dominio excelente del montaje, la música y la realización cinematográfica. Un cinta tremendamente adictiva y pegadiza cual estandar de jazz.
No sabemos si a sus escasos 30 años, Damien Chazelle ha adquirido el talento a base de esquivar sillas lanzadas a su cabeza o soportar bofetadas, pero lo que está claro es que este director es de los que saben diferenciar si va adelantado o se retrasado o si el instrumento está desafinado, por lo que conviene no perder de vista sus próximos trabajos.

PARTICIPA EN LA QUINIELA DE LOS OSCAR!

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Los Oscar están a la vuelta de la esquina y hay muchas dudas acerca de quienes se llevarán la estatuilla a casa. ¿Merece Eddie Redmayne el Oscar por entregarse físicamente al personaje de Stephen Hawking o por contra es Michael Keaton el que merece el premio por su resurgir en pantalla?, ¿Es tan seguro el Oscar para "Boyhood"?, ¿Será "El Gran Hotel Budapest" quien acumule más Oscar o será "Birdman"?, ¿Logrará Meryl Streep el cuarto Oscar de su carrera?. Pronto desvelaremos todas las incognitas.

Porque nos gustan los Oscar os ofrecemos, de nuevo, quiniela de los Oscar creada por "El Séptimo Cielo"  y "Nova Onda Radio". Queremos comprobar cuantos de vosotros tenéis dotes de pitonisos, así que rellenar vuestros favoritos y el máximo acertante ganará un pack de películas oscarizadas en DVD. Adelante amigos que es gratis!

"NIGHTCRAWLER":MERCADO DE SUCESOS

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En “Al límite” (“Bringing out the dead”, Martin Scorsese, 1999), Nicolas Cage interpretaba a un conductor de ambulancias del servicio nocturno en Nueva York, que tenía que lidiar con una abundante cantidad de desgracias. Incendios, drogadictos moribundos o criminalidad callejera conformaban el particular vía crucis diario de un Nicolas Cage alucinado y atormentado por su oficio entre el caos reinante de la ciudad, en contraposición con el gozo que su compañero de ambulancia, John Goodman, sentía con cada suceso a auxiliar. 

En cada una de esas salidas muy probablemente habría uno o varios Lou Bloom merodeando y vampirizando la confusión y el desorden. Scorsese elaboraba en aquella cinta otro de sus retratos habituales acerca de la peligrosidad nocturna en las grandes urbes norteamericanas, característica que ahora comparte, “Nightcrawler”, cambiando la ciudad de Nueva York por la de Los Ángeles pero manteniendo la inseguridad nocturna como uno de sus principales objetivos argumentales.

Tampoco es que la noche en Los Ángeles sea más peligrosa de un tiempo a esta parte. Es que ahora vemos televisados al detalle todos y cada uno de los sucesos que ocurren en cada ciudad. Un segundo foco de interés de “Nightcrawler” lo encontramos en ese sensacionalismo televisivo. En el interés creciente de los canales de cable de la pequeña pantalla por anteponer el morbo del suceso a la mera información periodística manejando la noticia para el propio beneficio de las cifras de una audiencia educada por medio de imágenes truculentas y cada vez menos rigurosas.

Y en esas llega el verdadero estímulo de “Nightcrawler”. La figura del citado Lou Bloom. Un tipo inadaptado y socialmente marginado que como si de un depredador nocturno se tratase, vaga por las calles esperando su momento, el cual encuentra, por casualidad, en el oficio de la caza de la imagen más escabrosa e insensible. Un personaje que por el disfrute y satisfacción personal que le reporta su nuevo cometido laboral estaría más cerca del conductor de ambulancias encarnado por John Goodman que del angustiado interpretado Nicolas Cage en “Al límite”.

El ansia incontenible que desprende la mirada de un alienado, raquítico y excesivo Jake Gylenhall, encaja a la perfección con la verdadera pretensión del director y guionista Dan Gilroy en “Nightcrawler”; atizar a la sociedad capitalista, a la cultura del riesgo. No triunfa tanto el que más talento tiene como el que menores escrúpulos y valores morales más reprobables atesora.
Una industria de la televisión que premia la deshumanización, el oportunismo, el egoísmo, la ambición y a la que Gilroy saca las verguenzas valiéndose de otro personaje escrito para tal propósito, una Renne Russo que a diferencia de Bloom si parece albergar algo de ética, aunque la haya perdido en el camino, inmersa en pleno afán por aumentar cuotas de audiencia.
Con una estética feísta y asociada al thriller negro nocturno (Martin Scorsese. Michael Mann) que aumenta las dosis de la toxicidad que puede respirarse en el ambiente de esas noches de fatalidad y acción, y con un par de secuencias en las que acompañamos al extrañamente seductor personaje de Gyllenhall hasta la cocina de sus grabaciones "supuestamente" ilegales siendo partícipe de sus comportamientos, "Nightcrawler" nos hace reflexionar hasta el punto de dudar de si con nuestra curiosidad televisiva hemos tenido parte de culpa en esa insensibilidad mediática generalizada. De si estamos más cerca del Nicolas Cage de "Al límite" o si, en realidad, nos hemos convertido en unos Lou Bloom ajenos a cualquier tipo de sentimiento que no sea el que provoca el dinero.

29 PREMIOS GOYA: MÁXIMA ISLA MÍNIMA

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La pasada edición del Festival de San Sebastián definió las dos películas que lucharían por triunfar en la vigesimonovena edición de los Premio Goya. “Magical Girl” de Carlos Vermut ganaba la Concha de Oro a la Mejor Película y la de Plata a Mejor Director. “La isla mínima” figuró en las quinielas hasta el último momento como posible ganadora y finalmente se hizo con los premios a Mejor Actor (Javier Gutiérrez) y Mejor Fotografía. Las posteriores nominaciones a los Goya concretaron favoritismos; 17 nominaciones para la película de Alberto Rodríguez por las 7 de “Magical Girl”, aunque todas ellas en categorías de máximo interés. A diferencia del jurado de Donostia, la Academia de cine español acabó decantando la balanza hacia el lado de la película de las marismas andaluzas, dando, a la postre, excesiva poca cancha al singular trabajo de Vermut. 

Comenzó la gala, dirigida por Juan Luis Iborra y presentada por Dani Rovira, con un sobresaliente montaje de imágenes de grandes títulos del cine español que, sin embargo, no encontró el equilibrio que merecía en las interpretaciones musicales que lo acompañaban. Juntar la voz de Ana Belén con la de Eduardo Noriega, ver en escena a Fran Perea junto a Hugo Silva o a la casi nonagenaria Asunción Balaguer intentando seguir la letra del tema fueron decisiones equivocadas que deslucieron un trabajo de edición que convendría ver aisladamente. 

En esos instantes apareció Rovira en el escenario, debutando como maestro de ceremonias. Su inicio fue vociferante, preso de los nervios, pero poco a poco fue ganando en confianza. Tuteó al ministro Wert, bromeó con la estatura de Javier Gutiérrez, comparó su carrera cinematográfica con la de José Sacristán, se permitió un guiño íntimo "Este año en las candidaturas hay una ausencia clara", aludiendo a la ausencia de su pareja, Clara Lago, en las nominaciones y acabó recitando con seguridad un frenético discurso en apenas 1 minuto de tiempo que elevó el balance final de su labor como presentador, la cual fue bastante competente cuanto más se alejó de sus habituales chistes típicos y fáciles, algo que no rehusó hacer. 

La isla mínima, victoriosa desde el comienzo

Hechas las presentaciones de rigor, el primer premio de la noche lo entregaron Jordi Molla y la que fuera Ministra de Cultura y Presidenta de la Academia de Cine, Ángeles González Sinde, que coló una mención futbolística y colchonera que sólo Enrique Cerezo, en el patio de butacas, debió aplaudir. La película polaca de Pavel Pawlikowski, “Ida” resultaba ganadora del Goya a la Mejor Película Europea en ese primer galardón del 2014. 

El reparto de premios que vino a continuación fue apresurado, como si no fuese Sábado noche y hubiese que madrugar al día siguiente. El terror gótico de “Musarañas” ganó el premio a Mejor Maquillaje mientras que “La isla mínima” ganaba los Goya a Mejor Vestuario, Montaje y Dirección Artística, así como el de Mejor Actriz Revelación para Nerea Barros, que no era más favorita que Natalia Tena (“10.000 Km”), Ingrid García-Johnsson (“Hermosa Juventud”) o Yolanda Ramos (“Carmina y amén”) pero que con su galardón venía a confirmar que la noche podía resultar un paseo militar para “La isla mínima”. Barros, muy emocionada, se permitió un respiro para llorar y poder así pronunciar su discurso de agradecimiento. 

La premura en el reparto de premios se detuvo violentamente con la irrupción en el escenario de un bailarín de claqué, que campó a sus anchas durante un par de minutos hasta que Adrian Lastra y el propio Dani Rovira decidieron acompañarlo en sus pasos de baile. Finalizado el número, Dafne Fernández salió a escena para reconocer que el número musical que protagonizó en la pasada ceremonia de los Goya fue el peor de la historia de estos premios, sin ser consciente que gracias a ese baile de claqué, acababa de producirse el relevo en ese dudoso honor. 

Dafne Fernández y Adrián Lastra fueron los que, precisamente, entregaron el premio a Mejor Sonido, que supuso el primer premio de la noche para la película de Daniel Monzón, “El Niño”, que de sus dieciséis candidaturas acabaría logrando cuatro Goyas, el citado de Mejor Sonido, Dirección de producción, Efectos especiales y Canción, “Niño sin miedo” para India Martínez. 

Un reencuentro, el de Eduardo Noriega y Ana Torrent, casi 20 años después de “Tesis” sirvió para dar paso a uno de los premios más incontestables de la noche, el de Mejor Fotografía para Alex Catalán por “La isla mínima”. Un trabajo que junto a la también, justamente, premiada música de Julio de la Rosa, es indispensable en la sobresaliente y turbadora atmósfera de “La isla mínima”, elemento clave del éxito de la película de Alberto Rodríguez. 

Aunque dimitiese de su cargo tras la pasada edición de los Goya, Enrique González Macho, volvió a figurar como candidato y a salir elegido como Presidente de la Academia el pasado mes de Mayo. En su discurso repitió manifestaciones de otros años; "Ya va siendo hora de que nos bajen el maldito IVA" y presumió de los logros recaudatorios del cine español de 2014, para finalmente encumbrar a la figura de Asunción Balaguer. El líder de la oposición, Pedro Sánchez, sentado en el Auditorio, se apresuró en ese preciso instante a hacer campaña y prometer la bajada del IVA cultural al 5%. A su vez, Dani Rovira comparó, en calzoncillos, el físico de González Macho con el de Francis Ford Coppola y Arias Cañete para cerrar el tradicional discurso, que siempre acaba dejando algún titular de carácter político. 

Dicen que no hay pena sin ley, como tampoco hay ceremonia de los Goya en la que los presentadores de un premio se den un morreo gratuito. Lo que hace unos años fuese una constante de la gala, este año estuvo protagonizado por Rossy de Palma que plantó un beso al modelo Jon Kortajarena y al director Jorge Torregrosa, antes de pasar a presentar los premios a los Cortometrajes que ganaron “Café para llevar” (Ficción), “Walls” (Documental) y “Juan y la Nube” (Animación). 
El momento Antonio Banderas

Y entonces apareció Pedro Almodovar, cuya presencia para entregar del Premio Honorífico había sido la única condición exigida por Antonio Banderas para aceptar el Goya de Honor. Almodovar saludó a los amigos de la cultura y del cine español (“Señor Wert, usted no está entre ellos”, puntualizó) y recordó la trayectoria y elogió a la figura del actor malagueño con el que ha trabajado en cinco ocasiones, fundiéndose con él en un abrazo antes de que éste pasase a pronunciar su extenso pero apasionado y sentido discurso de agradecimiento, el cual comenzó con una anécdota protagonizada por la cantante Taylor Swift y finalizó dedicando el premio entre lágrimas a su hija Stella del Carmen. Entre medias, una defensa de la profesión, un recuerdo a los inicios de su carrera, una declaración de amor a España, el agradecimiento a Hollywood y una reivindicación de su propia figura, llegando a poner en duda la conveniencia de un premio honorífico a estas alturas de su carrera: “No sé si este premio me llega cuando me tiene que llegar o si lo merezco”, “Ahora empieza la segunda parte del partido de mi vida”. Un discurso poderoso. 

Banderas comenzaría esa “segunda parte del partido de su vida” atacando, y como si hubiera interiorizado a la perfección el sermón sobre “el actor adaptándose a los nuevos tiempos que corren” que le dedica Emma Stone a Michael Keaton en “Birdman”, inauguró cuenta en Twitter apenas unos segundos después de recibir el Goya. 35.000 seguidores en sólo unas horas y varios selfies con pulso no demasiado firme presidieron su debut en las redes. 

Tras el momento de gloria para Antonio Banderas, la ceremonia volvió a coger buen ritmo en la entrega de premios. Carlos Marqués Marcet ganaba el galardón a Mejor Dirección Revelación por su película “10.000 km”, en el único Goya de la velada para ella de entre las tres candidaturas a las que optaba. A su vez, Carmen Machi ganaba el primer Goya de su carrera en la categoría de Mejor Actriz Secundaria por “Ocho apellidos vascos”, película que, a la postre, otorgaría premios a todos sus intérpretes nominados. Machi se acordó en sus palabras de agradecimiento de la recientemente fallecida Amparo Baró, con la que coincidió en muchos capítulos de la serie “7 vidas”. Karra Elejalde, a su vez, lograba el segundo Goya de su carrera tras el conseguido por “También la lluvia”, siendo más escueto en su agradecimiento del Goya recibido por la película de Iciar Bollaín. La elección de Elejalde dejó sin premio a su máximo rival en la categoría de Mejor Actor Secundario, José Sacristán por “Magical Girl”, que hubiera sido una opción más apropiada. Y es que si José Sacristan está nominado, nunca puede ganar otro actor. 

Rovira y sus motivos para la felicidad

Pero el ritmo volvió a romperse. El hombre orquesta, Alex O´Dogherty (habitual en las últimas galas) hizo uno de los números más delirantes y anticlimáticos que se han podido ver en la historia de los Goya, rematado por la presencia de El Langui, que aplaudió la actuación. Solo faltó Resines cantando el famoso Rap del patio de butacas. La razón de este show era la de preceder a los premios musicales, que como hemos indicado anteriormente fueron a parar a Julio de la Rosa por “La isla mínima” e India Martínez por “El niño”. 

“Yo me quedo la peana, y tú el cabezón” le dijo Dani Rovira a su pareja Clara Lago al recibir el Goya a Mejor Actor Revelación por “Ocho apellidos vascos” (película que de 5 nominaciones ganaría 3 premios). El actor malagueño repitió la jugada de Rosa María Sardá en 2001 y ganó un Goya siendo también presentador de la ceremonia. Noche redonda para Rovira, que con su primer papel en pantalla arrebató el galardón a David Verdaguer, el gran favorito en esta categoría por “10.000 km”. 

Paco Roca y Ángel de la Cruz, los ganadores del Goya al Mejor Guión Adaptado en 2012 por la película “Arrugas” fueron los encargados de nombrar a los dueños de los Goya a los mejores libretos del año. Viendo como estaba transcurriendo la noche, donde “La isla mínima” ya se había hecho con 6 estatuillas, parecía ésta la gran oportunidad para que Carlos Vermut no se fuese de vacío a casa y lograse el premio a Mejor Guión Original por su “Magical Girl”. No fue así. “La isla minima” con guión de Rafael Cobos y el propio Alberto Rodríguez se alzaron con el Goya. Era la cuarta vez que ambos optaban al Goya de Guión tras haber concursado con “7 virgenes”, “After” y “Grupo 7” y la primera en lograrlo. 
Del mismo modo, Javier Fesser, que ya sabía lo que significa triunfar en estos premios gracias a “Camino” en el año 2009, ganó el Goya respectivo a Mejor Guión Adaptado, así como también el de Mejor Película de Animación por “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo”. 

Llegados a este punto de la noche, sólo quedaban por entregarse los premios más importantes de esta edición, pero la dirección de la gala decidió dilatar la entrega y recargar la ceremonia con nuevos elementos. El cantante flamenco Miguel Poveda interpreto no uno sino dos temas en directo de su nuevo disco (nada que ver con el cine). Incluso, los populares “El Cabesa” y “El Culebra” de “El mundo es nuestro” cantaron una chirigota. Actuaciones más apropiadas para el programa “Noche de Fiesta” que para la retransmisión de los Goya. También dos bloques de “el cine español que viene” con el avance cinematográfico en imágenes del 2015 y el imprescindible “In Memoriam” que este año incluyó a grandes nombres como Alex Angulo, Daniel Dicenta, Dunia Ayaso, Pedro Peña, Roberto Cairo, Peret o la citada Amparo Baró. Con todo, la gala ya había superado las 00:45 de la madrugada, hora inicialmente prevista para su finalización. No sería hasta una hora después cuando terminaría. 

Pedro Almodovar volvió a subir al estrado, esta vez en condición de productor, para recoger junto a Damian Szifrón y compañía el Goya a la Mejor Película Iberoamericana para “Relatos Salvajes”, su único galardón de entre sus 9 candidaturas a las que optaba. Y Francisco Sánchez Varela, hijo de Paco de Lucía recordaba a la desaparecida figura de su padre al recibir en su condición de director, el Goya a Mejor Documental por “Paco de Lucía, la búsqueda”. 
Premios gordos cantados

Sólo restaban los cuatro premios gordos de la noche, y tal y como se había desarrollado el reparto de galardones hasta ese momento, no se preveían giros argumentales que deparasen sorpresas al espectador. De este modo, Pilar López de Ayala y Carmen Elías nombraron a Javier Gutiérrez por “La isla mínima” como Mejor Actor Protagonista, completando así una carrera de premios perfecta que se inició en el Festival de San Sebastián. Por supuesto, Gutiérrez se acordó de su compañero en la práctica totalidad de los planos de la película, Raúl Arévalo, también nominado en esta categoría. 

Un Juan Diego físicamente desmejorado y José Coronado hicieron lo mismo con Barbara Lennie, elegida Mejor Actriz Protagonista por su sobrio papel en “Magical Girl”. La actriz, doblemente nominada en esta edición y que ya estuvo nominada como Actriz Revelación por “Obaba” en 2006 proporcionaba a le película de Carlos Vermut el único Goya de toda la noche y recordaba a los directores que definieron su carrera, Montxo Armendáriz, Isaki Lacuesta, Daniel Monzón y Jonás Trueba que la hizo debutar en “Más pena que gloria”. Elena Anaya, Macarena Gómez y María León, sus rivales, fueron meras espectadoras de su triunfo. 

David Trueba, director ganador de la pasada edición, Alex de la Iglesia y el albaceteño José Luis Cuerda nombraron como “ganador de todo esto” a Alberto Rodríguez por su trabajo en “La isla mínima”. En su tercera nominación a Mejor Director, Rodríguez por fin ganaba el premio por su excelente dominio del thriller en la inquietante película andaluza. 

Era indiscutible que la gran triunfadora de la 29 edición de los Goya fuese “La isla mínima”. Y así fue. Penélope Cruz, poniendo glamour a la gala, se encargó de anunciarlo y de llevar hasta 10 la cifra de galardones obtenidos por la película de Alberto Rodríguez, incontestable ganadora de entre todo el cine español estrenado en 2014. Con esa cifra, "La isla mínima" iguala a 10 premios con "Blancanieves", quedando lejos de las dos máximas premiadas de estos premios, "Ay Carmela!" con 13 Goyas y "Mar Adentro" con 14.

Un año especialmente fructífero para nuestro cine tras haber atravesado un periodo de crisis convulso y complicado y coronado, como era debido, con una gran película. Ahora, el cine español tiene una reválida importante. Confirmar ese buen estado de salud. Reafirmar la confianza depositada por el público y devolverle buenas películas como contraprestación. 
Se podría decir, parafraseando al intenso Antonio Banderas, que ahora empieza “la segunda parte del partido de la vida del cine español”.

PREVIA DE LA 87 EDICION DE LOS OSCAR

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Si échamos la vista atrás podemos intuir similitudes en la carrera hacía el Oscar de 2015 con la de, concretamente, dos ediciones anteriores. Aquella protagonizada por “El discurso del Rey” y “La red social” en el año 2010 o, por el contra, en la que tuvo a “Apollo XIII” y Braveheart como rivales por el premio. Ambas nos pueden arrojar algo de luz en lo que a la resolución final de esta edición número 87 de los premios Oscar se refiere. 

2010 parecía el año en que la industria norteamericana reconocería la valía de uno de los directores más renovadores del cine norteamericano reciente, David Fincher. De la mano de Aaron Sorkin y tomando la incipiente carrera de Mark Zuckeberg como base de su historia, Fincher participaba en aquella edición de los Oscar con “La red social”, película que tras acumular una importante cantidad de menciones y distinciones entre las numerosas asociaciones de críticos norteamericanas llegaba a la recta final de la carrera hacía el Oscar con la vitola de favorita, habiendo logrado también hacerse con el Globo de Oro a Película Dramática y Director y con el honor de ser nombrada la película del año por la National Board of Review. 

Todo parecía ir bien para la película sobre el nacimiento de Facebook hasta que el poder de Harvey Weinstein volvió a hacer de acto de presencia. “El discurso del rey”, flemática película británica dirigida por el casi desconocido Tom Hooper (casí, ya que había dirigido antes la excelente “The Damned United”) y producida por el inefable Weinstein dio un vuelco a esta carrera y comenzó a acumular una amplia parte de los premios de los gremios o sindicatos profesionales de Hollywood, aquellos formados por votantes que también lo son de los premios de la Academia. 

De este modo, “El discurso del rey” hizo el sprint perfecto para acabar consiguiendo 4 Oscar de los 12 a los que optaba, de entre los cuales se encontraban los más importantes de la noche, Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor (Colin Firth) y Mejor Guión Original, dejando a David Fincher compuesto y sin Oscar en una noche que prometía ser la suya. 

Este año, “Boyhood” ha realizados movimientos muy similares a los que diese Fincher con su red social. Una fuerte unanimidad alrededor de la película de Richard Linklater le otorgaron la condición de rival a batir, habiendo sido nombrada como Mejor Película del año por la crítica y habiendo logrado el Globo de Oro a Mejor Película Dramática. Pero ha sufrido un severo revés al afrontar el último tramo de su camino al Oscar. “Birdman” ha ejercido de “El discurso del Rey” y con el premio al mejor reparto en el Gremio de Actores, el premio del Gremio de Directores y el del Gremio de Productores. Tres premios que siempre que han coincido en una película (“Chicago”, “Slumdog Millionaire”, “El retorno del rey”, “El discurso del rey”, “Argo”, etc) la han acabado llevando a levantar el Oscar en la ceremonia de entrega de premios. Con una excepción, “Apollo XIII”. 
La cinta espacial que dirigiese Ron Howard es el espejo en el cual no quiere mirarse “Birdman”, pero en la que no puede evitar verse reflejada; la ausencia de “Birdman” en la categoría de Mejor Montaje (hay que remontarse a 1981 para recordar una ganadora de Mejor Película que no estuviese nominada en Mejor Montaje, “Gente Corriente”) y su derrota en los Globos de Oro en Comedia frente a “El Gran Hotel Budapest” provoca que Alejandro González Iñárritu y los suyos tengan muy presente el especial caso de “Apollo XII” y su derrota en beneficio de “Braveheart” y deban mostrarse cautos en cuanto a su victoria ante “Boyhood”. 

Y en esas encontramos a una tercera película en discordia, “The Imitation Game”, esperando que una posible indefinición de la Academia con respecto a las dos favoritas pueda jugar a su favor. Una película ésta, producida por ¿quién?. Pues sí, por el inefable Harvey Weinstein. 

Ante este panorama nos encontramos con (esta vez, sí) la edición más abierta de los últimos años, que sólo cuenta con una pocas certezas, la de tres actores, J.K. Simons (Secundario por “Whiplash”), Julianne Moore (Protagonista por “Siempre Alice”) y Patricia Arquette (Secundaria por “Boyhood”) que ya han preparado el hueco en sus estanterias para la preciada estatuilla que con seguridad recibirán. 
Como en los últimos seis años anteriores, “El Séptimo Cielo” se encargará junto a un nutrido grupo de expertos en los premios Oscar, de retransmitir la ceremonia de entrega de premios en la emisora Nova Onda Radio de Albacete, narrando en directo la solución a estas incertidumbres, en una noche que se antoja emocionante y divertida a partes iguales. Será la madrugada del Domingo 22 de Febrero al Lunes 23 de Febrero en www.novaonda.net o en el 101.9 FM (local Albacete). También a través de apps como Tunein. 

Y no puedo finalizar este “previo” de los Premios Oscar, sin dejar mis favoritos en diferentes categoría. No aquellos que creo que van a ganar, sino aquellos que me gustarían que ganasen. 

 See you at the Oscars!! 

MEJOR PELÍCULA: “El Gran Hotel Budapest” 
MEJOR DIRECTOR: Wes Anderson por “El Gran Hotel Budapest” 
MEJOR ACTOR: Michael Keaton por “Birdman” 
MEJOR ACTRIZ: Julianne Moore por “Siempre Alice” 
MEJOR ACTOR SECUNDARIO: J.K. Simons por “Whiplash” 
MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA: Emma Stone por “Birdman” 
MEJOR GUIÓN ORIGINAL: Wes Anderson por “El Gran Hotel Budapest” 
MEJOR GUIÓN ADAPTADO: Damien Chazelle por “Whiplash” 
MEJOR BANDA SONORA: Alexandre Desplat por “El Gran Hotel Budapest” 
MEJOR FOTOGRAFÍA: Emmanuel Lubezki por “Birdman” 
MEJOR MONTAJE: Tom Cross por “Whiplash” 

Os recuerdo que podéis participar vosotros mismos en nuestra porra de los Oscar y conseguir un lote de películas en DVD.

Link Quiniela Oscar

IÑARRITU ECHA A VOLAR

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Como bien hubiese dicho el Barney Stinson de “Como conocí a vuestra madre”, la noche prometía ser le-gen-daria a juzgar por las grandes dotes de showman del actor que lo interpreta,Neil Patrick Harris, ya demostradas en cuatro ceremonias de entrega de Premios Tony y dos de Premios Emmy y que parecían garantizar el éxito también en la gala de los Oscar. Y lo cierto es que el actor empezó poniendo toda la carne en el asador, gracias a un número musical escrito por Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez, creadores del famoso “Let it go” de “Frozen” y que unió a Patrick Harris con Anna Kendrick y Jack Black en el escenario, además de haber insertado al actor y presentador previamente en un montaje de secuencias gloriosas del séptimo arte. El tema en cuestión se llamaba “Moving Pictures” y con él, la 87 ceremonia de los Oscar empezaba de la mejor manera que conocen estos premios, siendo un espectáculo a medio camino entre el tributo al arte de hacer películas, la magia de disfrutarlas y la celebración de un año de buen cine.

Lástima que, a excepción de la parodia del Michael Keaton en calzoncillos de “Birdman” y un par de acertados chistes sobre John Travolta, Patrick Harris no volviese a lucir tan bien como en el arranque de la gala, algo motivado, principalmente, por la abundante cantidad de cortes publicitarios y un ritmo de ceremonia demasiado espeso y monótono.

La entrega de premios Oscar comenzó con uno de los  más esperados de la noche, el de Mejor Actor Secundario para J.K.Simmons, el aterrador profesor de conservatorio de “Whiplash”, una película que salió reforzada de esta 87ª edición de los Oscar, ganando tres de los cinco Oscar a los que optaba. El de Simmons, incuestionable. El de montaje y mezcla de sonido, también fueron justos premios si nos atenemos al excelente ritmo y armonía musical que atesoran las imágenes de “Whiplash”, si bien, pocos esperábamos que la Academia tuviese la valentía de reconocerlos, más cuando en categorías como Mejor Montaje, títulos favoritos como “Boyhood” tenían todas las de ganar. Por fortuna, la cinta del joven Damien Chazelle encontró el respaldo en estos apartados. Premios que, por un momento, pudieron hacer pensar de un triunfo mayor de la cinta del apasionado bateria del jazz, algo que se esfumó rápidamente cuando Chazelle perdía en la categoría de Mejor Guión Adaptado frente a “The Imitation Game”.

Otra de las grandes nominadas de la noche, “El Gran Hotel Budapest” comenzó pronto a acumular Oscars. El extraordinario aspecto plástico y visual de la película de Wes Anderson, que llevaba al extremo su gusto por los colores pastel y la simetría de los planos, le reportó dos galardones consecutivos; Mejor Vestuario, para la veterana Milena Canonero que recibía el cuarto Oscar de su carrera tras los obtenidos por “Barry Lyndon”, “Carros de fuego” y “Maria Antonieta” y Mejor Maquillaje y Peluquería.
Al igual que “Whiplash”, el arrasador inicio de “El Gran Hotel Budapest” pudo darnos, a los que adoramos el cine de Wes Anderson, esperanzas de que ella fuese la ganadora de esta edición de los Oscar, más cuando recibía más adelante las estatuillas a Mejor Diseño de Producción y Mejor Banda Sonora para Alexandre Desplat. Pero solo fue un ligero espejismo y se repitió el mismo caso que con la cinta de Damien Chazelle. El premio Oscar a Mejor Guión Original, en el cual tenía muchas posibilidades Wes Anderson, fue a parar a manos del acaparador Alejandro González Iñarritu despejando el camino para el triunfo de “Birdman”.

Entre tanto, dos actuaciones musicales, una correcta y difícil interpretación del tema “Lost Stars” de la película “Begin Again” por parte de Adam Levine y un espectáculo más propio de una ceremonia de premios MTV, el de el tema destroza tímpanos, “Everything is awesome” de Tegan y Sarah y The Loney Island, que alborotó el patio de butacas al repartir réplicas de premios Oscar hechas con piezas de Lego.

La polaca “Ida” certificaba su condición de favorita en la categoría de Mejor Película de Habla no inglesa, anulando las opciones de la rusa “Leviatán” o la argentina “Relatos Salvajes”. A un entusiasmado Pawel Pawlikoski tuvieron que subirle los decibelios de la música para que abandonase el escenario. “Crisis Hotline: Veterans Press 1” corto documental producido por la HBO sobre los veteranos de guerra y “The Phone Call” corto sobre el teléfono de la esperanza protagonizado por Sally Hawkins conseguian los premios a Mejor Cortometraje Documental y de Acción Real, respectivamente. El animado “Feast. Buenas migas” de la compañía Disney, completaría más tarde el trio de cortometrajes ganadores.

Hasta ese momento, solo cuatro Oscar entregados en más de una hora de ceremonia auguraban una noche larga, como finalmente sería. Más de 3 horas y 40 minutos totales de gala que ni siquiera la emoción de algunos (pocos) premios pudieron rescatar del tedio.

En la parte central de la gala, la Academia se dedicó a repartir su pastel para que todos estuvieran, más o menos, satisfechos. La película más taquilleras de todas cuantas estaban nominadas a Mejor Película, “El Francotirador” de Clint Eastwood, logró el Oscar a Mejor Montaje de Sonido, en su único galardón de la noche que desarmó las teorías de aquellos que pensaban que por la repercusión de su taquilla justo en plena fase de votación a los Oscar, se incrementarián sus opciones de victoria.

Del mismo modo, Patricia Arquette lograba otro de los premios más esperados de la velada, el de Mejor Actriz Secundaria por “Boyhood”. Lo que nadie esperaba, ni siquiera el propio Richard Linklater es que su película, tan aplaudida y elevada por la crítica a la categoría de clásico moderno, fuese solamente a poder presumir del Oscar de Arquette en su balance final.
Arquette, agradeció el premio y reinvindó la igualdad laboral y salarial de las mujeres. Algo que casi levanta de su butaca de primera fila a Meryl Streep y de rebote, a Jennifer López.

Continuando con el reparto equitativo, una película que merecía mayor repercusión en esta edición, “Interstellar” de Christopher Nolan, lograba el Oscar a Mejores Efectos Especiales, y “Big Hero 6” volvía a llevar a los estudios Disney la estatuilla de Mejor Película Animada que también consiguiese el año pasado por “Frozen”.

Emmanuel Lubezki, “chivo” para los amigos, se unió a la lista de grandes directores de fotografía del séptimo arte al lograr el segundo y consecutivo Oscar de su carrera por “Birdman”. El mexicano, ganador por “Gravity” entra en este selecto grupo de fotogratos con más de un Oscar en el que están gente de la talla de Robert Richardson, John Toll, Vitorio Storaro o Conrad L.Hall.

Era el primer Oscar de la noche para “Birdman” y, a diferencia de “Boyhood”, no sería el último.
Varios momentos aportaron algo de emoción a una rutinaria ceremonia. El siempre sensible “In Memoriam” con el recuerdo a figuras importantes como Robin Williams, Lauren Bacall, Gordon Willis o Richard Attenborough a través de una serie de preciosos retratos en pantalla y la interpretación en directo de John Legend y Common del tema “Glory”, nominado por la película “Selma”, que volvió a recordar en el escenario la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos e hizo derramar las lagrimas de Chris Pine y David Oyelowo, en pie como todo el público, para aplaudir la intensidad y puesta en escena de la interpretación. Como no, el tema acabaría ganando el Oscar a Mejor Canción Original, dandole a “Selma” el único de los dos Oscar a los que optaba y repartiendo aún más el palmarés de esta edición.

Después del premio a “CitizenFour”, documental sobre la figura de Edward Snowden como Mejor Documental, y a “Whiplash” como Mejor Montaje, en un premio que ajusticiaría definitivamente las opciones de triunfo de “Boyhood”, pero antes de ver por fin ganar un Oscar al trabajador y siempre acertado, Alexandre Desplat por su banda sonora para “El Gran Hotel Budapest”, contemplamos la interpretación vocal de Lady Gaga de la música de “Sonrisas y Lagrimas” y a John Travolta con pinta de robot que puso algo de humor a la gala al reírse de su lapsus en la edición pasada de los Oscar al nombrar a la cantante Idina Menzel como Adele Dazeem. Menzel se vengó, llamando a Travolta, Glom Glazingo y este le acarició la cara numerosas veces como agradecimiento.

Eran las 5:30 h en España y tras tres largas horas de gala, todavía quedaban seis Oscar por entregar. Precisamente aquellos que dilucidarian quién sería la vencedora de la 87 edición de los Oscar.

Un Eddie Murphy que parece haber hecho un pacto con el diablo fue el responsable de nombras a los dueños del Oscar a Mejor Guión Original y Mejor Guión Adaptado, posiblemente los dos premios menos oportunos de esta edición. Mejor Guión Original fue a parar a “Birdman”. Premiar aquí a Iñarritu y no en Mejor Dirección o Película hubiese sido más comprensible que hacerlo en las tres categorías. Más, si eso significaba dejar sin reconocimiento a Wes Anderson y Richard Linklater, competidores de Iñárritu en esta categoria y cuyos trabajos merecian, al menos, un Oscar compensatorio. Guión Original era una categoría perfecta para ellos, pero la Academia decidió mirar hacía otro lado.

Misma situación para la categoría de Mejor Guión Adaptado. Si “Whiplash” ha sido un éxito es por el trabajo de su joven director y guionista, Damien Chazelle. Bien habría estado otorgarle este premio, pero en su afán por dejar a todos contentos, y en su temor por no complacer de algún modo el poder de Harvey Weinstein, la Academia decidió nombrar a Graham Moore por “The Imitation Game” como Mejor Guión Adaptado.

Al menos, el bueno de Moore dejó el discurso más sincero e inesperado de la noche, su confesión de intento de suicidio a los 16 años y sus palabras de ánimo a todos aquellos que se sienten diferentes al resto del mundo.

El galardón a Mejor Director no fue, en esta ocasión, el que precedió al de Mejor Película. Se entregó antes que el de los dos actores principales y de nuevo hizo que el mexicano Iñárritu subiese a escena. Segunda de las tres veces que el director de “Birdman” recogería premio, convirtiendose así en el sexto director que consigue en una misma noche ganar tres Oscar por una misma película (guión, director y como productor). Antes sólo lo habían logrado Billy Wilder, James L. Brooks, Francis Ford Coppola, James Cameron y Peter Jackson. Un logro extraordinario pero quizá, algo excesivo.
El Oscar intepretativo principal masculino completó la felicidad de los ocho títulos nominados a Mejor Película. Todos recibieron, al menos un Oscar. También lo hacía “La teoría del todo” por la cual Eddie Redmayne ganaba el Oscar por interpretar al astrofísico Stephen Hawking arrebatando así una excelente oportunidad de premio para Michael Keaton, gran artífice del resultado final de “Birdman”, película de, sobre y (incluso) para actores que paradojicamente no conseguía hacerse con Oscar para sus interpretes. Algo ciertamente incoherente.

En su quinta nominación al Oscar, Hollywood por fin proclamó como vencedora a una de sus actrices más fiables en décadas, Julianne Moore. La pelirroja ganaba el premio a Mejor Actriz tras haberlo tenido cerca por “Boogie Nights”, “El fin del romance”, “Lejos del cielo” y “Las Horas”.

Aunque Neil Patrick Harris decía ser el único en saber quien era el ganador del Oscar, habiendo guardado su secreto en un maletín encerrado bajo llave, lo cierto es que, prácticamente todos, sabíamos que “Birdman” y no otra, iba a ser la ganadora final de la 87 edición de los Oscar. El ninguneo a "Boyhood” resumido en la cara de disgusto de su joven protagonista, Ellar Coltrane, y la escasa afición de estos premios por los giros de guión inesperados, hicieron que Sean Penn, quien trabajó con Iñárritu en “21 gramos”, dijese eso “de quien les ha dado a estos hijos de puta el visado” antes de nombrar a la película del actor de Broadway que busca recuperar el prestigio perdido, como gran vencedora de estos Oscar.

Cuatro Oscar totales para “Birdman, o la inesperada virtud de la ignorancia”, que confirman a Alejandro González Iñárritu como un director valorado por la industria y que demuestran que no es tan importante ser aclamada por la crítica sino ganarte el favor de la industria en plena recta final de la carrera hacía el Oscar.

Una edición plagada de cine de autor, con ciertas concesiones al biopic academicista y sin grandes nombres del primer nivel del cine norteamericano más allá de un Eastwood impreciso como el de “El Francotirador”, del cual Alejandro González Iñarritu ha sabido sacar el mejor partido para volar y abrazar el prestigio.

"KINGSMAN": ESPÍAS DE NUEVO CUÑO

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Que me perdone Sherlock Holmes, pero el personaje literario más adaptado al cine, si nos dedicamos a sumar películas oficiales,versiones apócrifas, parodias, tributos, y copias más o menos burdas, es el del agente del Martini con vodka agitado, no mezclado. 
James Bond no sólo ha visto como hasta seis actores diferentes obtenían su licencia para matar,también ha sido testigo de multiples reproducciones que oscilan entre el respeto al personaje original o la simple caricatura. Desde el Maxwell Smart y su zapatófono en “Superagente 86”, a la sensualidad de Monica Vitty como “Modesty Blaise”, la saga del Agente de la CIPOL que pronto veremos adaptada a la gran pantalla por Guy Ritchie, la parodia más gruesa de Austin Powers o torpe de Johnny English, o las desmitificaciones españolas de “07 con el 2 delante” donde Cassen era el agente Jaime Bonet o sin ir más lejos, el José Luis Torrente de Santiago Segura. 

A todas ellas viene a unirse ahora, “Kingsman, servicio secreto”, que es algo así como la película de 007 que Matthew Vaughn siempre quiso dirigir y nunca pudo hacer, o al menos, a él nunca le llamaron.
Casi mejor, porque fuera de todo protocolo que encorsete sus inclinaciones gamberras y violentas, es donde mejor se mueve el cine de Vaughn, que hasta la fecha siempre ha mostrado un excelente espíritu lúdico y desacomplejado, ya sea en románticas aventuras fantásticas adaptando a Neil Gaiman, capaces de sacar pluma al mismisimo Robert De Niro (“Stardust”), o en cintas de superhéroes adolescentes adaptando a Mark Millar y John Romita Jr. (“Kick Ass”). Para “Kingsman, servicio secreto”, Vaugh vuelve a recurrir a un comic de Millar (“The Secret Service”, esta vez junto a Dave Gibbons) y vuelve a dar en el clavo, con esta historia de reclutamiento e iniciación juvenil al espionaje que sabe honrar al género jamesbondniano en su primera mitad de metraje para posteriormente desatarse como gozoso film de acción. 

“Kingsman” cumple con todos los requisitos del género que pulió Ian Fleming; organizaciones secretas, agentes de doble vida, gadgets y armas inverosimiles, conspiraciones para acabar con el planeta y una flema británica tan impecable como la dicción de Colin Firth. Precisamente, el oscarizado actor de “El discurso del Rey” es quien aporta ese toque british tan distinguido al introducir las claves de Kingsman, el servicio que lleva décadas acabando con los villanos del mundo. La elegancia de llevar un traje a medida, un paraguas que recuerda al de Los Vengadores (los de Marvel, no, los de la serie inglesa de los 60) y un malvado megalómano al que enfrentarse, encarnado por un divertidisimo Samuel L. Jackson, que parece una extensión cómica del antagonista que interpretó en “El Protegido” de Shyamalan, dotan a “Kingsman” de la práctica totalidad de elementos necesarios para que Matthew Vaughn pueda repetir la estructura clásica y tópicos del cine Bond. Y así lo hace en sus primeros actos, mostrandose formalmente más ordenado y reverencial a los esquemas del cine de espías antes de pasar a dinamitarlos.

Una presentación de historia y personajes francamente entretenida que supone un ritual de iniciación a lo Pigmalion para un carismático Taron Egerton, que hace a Michael Caine (de nuevo) lider de todo el tinglado, que permite a Mark Strong no repetir papel de un villano (por fin) y que entronca con las viejas generaciones gracias a la presencia, casi testimonial, del añorado Mark Hamill. Lo que viene después supone un órdago al cine espectáculo. Un carrusel de acción sobresalientemente orquestado en un desfile de secuencias exageradas, grandilocuentes, libres de todo prejuicio, repletas de violencia física hasta el punto de convertir al refinado Colin Firth en el nuevo Liam Nesson. No conviene desvelar como se comporta el bueno de Firth en una iglesia, pero si que la secuencia que tiene lugar allí es de lo más sorprendente visto en el cine de acción reciente. Como sorprendentes son las motivaciones y recompensas por salvar el mundo que se dan lugar en "Kingsman".
Con un ritmo endiablado, mucho sentido del humor y gusto por las referencias a la cultura pop, una selección musical ecléctica y cierto ánimo de perdurar como saga, “Kingsman, servicio secreto” es un divertimento de primera, que demuestra que Mark Millar es un filón para el cine y que Matthew Vaugh es quien mejor sabe interpretarlo, habiendo dado un volantazo al viejo genero de espias cinematográficos. Porqué “Kingsman” es un Bond sin vergüenza alguna, que es a la vez, parodia, tributo, copia más o menos burda y caricatura del agente secreto por excelencia, al cual se acerca desde el respeto y el aprecio, por mucho que el joven protagonista afirme que para él las iniciales JB no son las de James Bond, ni las de Jason Bourne, sino las de Jack Bauer.

"THIRD PERSON": HAGGIS Y LOS PUZZLES

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Al escritor y director Paul Haggis le gusta liar la madeja de tal manera que luego pueda desenrollarla acompañada de un redoble de tambores y un golpe de platillo. Ya lo hizo una vez, y la jugada le salió redonda, con un Oscar a Mejor Película incluido para aquella encrucijada de vidas marcadas por la intolerancia racial llamada “Crash”. Con ella, el subgénero de historias cruzadas que la industria entendiese como tendencia tras el estreno de “Short Cuts” de Robert Altman o de “Pulp Fiction” de Quentin Tarantino y por el cual pasaron directores como Steven Soderbergh (“Traffic) o Paul Thomas Anderson (“Magnolia”), parecía agotado, a pesar de la insistencia de Alejandro González Iñárritu con “Babel” o de Rodrígo Garcia con “Nueve Vidas” (ambas de 2006) en volver a jugar con las casualidades de las existencias de sus personajes. 

La proliferación de títulos de este subgénero disminuyó manifiestamente, sin embargo, Paul Haggis ha vuelto a recurrir a él, con la excusa de un intrincado (pero nada original) giro de guión como cimiento del choque de historias, buscando así repetir la gloria que le proporcionase “Crash”, más cuando su carrera posterior a ella, ha deambulado entre cintas infravaloradas como “En el valle de Elah”, o, simplemente, desafortunadas como “Los próximos tres días”. 


En el propio título de “Third Person” (erroneamente titulada en España, “En tercera persona”, ya que pierde uno de sus dos significados) está esa base sobre la que sustenta todo el mosaico argumental de Haggis; personajes cuya felicidad se desvaneció por una perdida familiar. Seres solitarios en habitaciones de hotel intentando reiniciar sus vidas apoyados en relaciones sentimentales aparantemente imposibles. Tres historias que componen este puzzle narrativo adornado por grandes ciudades del mundo, Nueva York, París y Roma y por el recurso manido del personaje de un escritor en crisis creativa como núcleo central y de metaficción del relato. 

Melodrama y azar romántico, géneros demodés, dominan las largas 2 horas y cuarto de metraje en las que si Haggis es capaz de captar la atención del espectador, es gracias a la descripción de sus personajes femeninos, probablemente lo más destacable de “En tercera persona”. 

Olivia Wilde y su frágil personaje, de comportamiento algo errático que desconcierta emocionalmente a un Liam Nesson el cual interpreta a ese escritor en con escasez de ideas en el pasaje parisino de la película, la actriz israelí, Moran Atias, exhuberante y problemática mujer que embauca a Adrien Brody en el capítulo romano y una Mila Kunis, como descuidada y abnegada madre que lucha por la custodia compartida de su hijo frente a James Franco en plena Gran Manzana, encarnan a mujeres en cuyo sacrificio está su lucha interior y exterior por superar sus problemáticas existencias, todas ellas marcadas u oprimidas por las relaciones paterno-filiales y verdaderos motores de interés de cada uno de los tres episodios del film. 
 Lamentablemente, ellas y sus complicados dramas personales y humanos, son insuficientes para que “En tercera persona” remonte el vuelo, cayendo en lugares comunes del género por culpa de una clara descompensación entre sus diferentes historias, la mayoría de ellas excesivamente redudantes, poco concretas y bastante convencidas de ser importantes, un endeble nexo en común y una fuerte apuesta por su traca final, que más que ser sorprendente resulta previsible y algo manida. 

Quizá por todo eso, “En tercera persona” haya sido relegada a un segundo plano en las carteleras y se estrene tarde, dos años después de su producción, confirmando que Paul Haggis, al igual que el creador bloqueado por su segunda obra que encarna Liam Nesson, no ha sabido adivinar que en el éxito de “Crash” sólo ocurre una vez, errando a la hora de repetir la fórmula dentro de un género que tuvo mejores días.
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